La Unab, más años y mejor
Cumplir un aniversario lleva a pensar en la historia, inventariar recuerdos y tratar de reconstruir una memoria. Eso ocurre por estos días en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, porque cumple 57 años de fundación, una celebración que será por todo lo alto y en la cual se espera la presencia del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.Tras esa historia está el rastro de quienes, a su manera, han dado una parte de sí para contribuir a ese progreso. Si no que lo diga Irma Santos de Rodríguez, una mujer que de alguna manera se convierte en un símbolo de ese recorrido. Irma actualmente es auxiliar administrativa de Admisiones y Registro Académico, pero durante casi 50 años (ingresó el 1 de enero de 1960), ha prestado sus servicios en la institución. Eso ha afianzado su cariño por ella, tanto que la cataloga como una segunda madre.
No estuvo en la Unab propiamente desde los comienzos, sino que primero trabajó como secretaria en el Instituto Caldas. Recordó que era una institución muy pequeña que quedaba en la carrera 21, donde es el restaurante El Paisa. Después, se trasladaron a la calle 48 con carrera 39. En sus comienzos “era muy pequeño había poquitas aulas y estábamos apenas empezando. Había un bloque grande que todavía existe y tenía como cuatro salones y al otro lado, en la parte de abajo quedaba la Secretaría y la Rectoría y los salones de química con los de física”, comentó.
El número de empleados era pequeño. Según rememoró había un celador, que era quien también hacía el aseo. En esa época el Instituto estaba bajo el rectorado de Carlos Gómez Albarracín. La profesora de idiomas era Eugenia Reyes de Mantilla y otros de los docentes vinculados eran Juan de Dios Martínez, Carmelo García García, Maruja Cáceres de Pinzón y Hugo Sierra Jeréz. En la Unab hubo rectores de mucho reconocimiento como Alfonso Gómez Gómez, José Manuel Arias Carrizosa, Alberto Montoya Puyana, Gabriel Burgos Mantilla y Manuel Neira Rojas. Este último marcaría el paso de Irma a la Unab. Ya en la Universidad Irma era la secretaria de Neira Rojas y más adelante ejerció como secretaria de la Secretaría General. Recuerdos de la U De la Unab de antaño tiene buenos recuerdos.
Por ejemplo, que lo primero que existió fue la Escuela de Administración, que era una universidad sencilla y en la que eran pocas personas. Además, la destaca como un lugar que siempre ha sido de libre pensamiento, muy buena y que ha albergado a un selecto grupo de estudiantes, directivos y docentes.
“Los alumnos eran divinos, muy educados, nunca ninguno se acercó a decirme nada de que les regalara un tema o una nota, porque en esa época yo me encargaba de pasarlas”, comentó. Entonces era muy fácil conocerlos, tenía más contacto con todos ellos. Hoy es igualmente fácil perderse entre los 7.000 alumnos. Lo mismo ocurre con los docentes, ahora son numerosos adscritos a los departamentos, facultades e institutos y cuya labor hoy es más independiente. “Uno como personal administrativo no los ve y no a todos los conoce, porque no hay un contacto permanente con ellos”, explicó.
Irma contó además que otra cosa muy diferente era el trabajo en cuanto a tecnología. Actualmente existen toda clase de recursos, mientras que en los comienzos de la Universidad trabajaban con las máquinas Remington. Todavía le parece mentira que ese proyecto tan pequeño del cual fue testigo hace tantos años haya crecido de una manera tan abrumadora, en el que han dejado huella importantes personajes.
Una anécdota del Caldas
Como anécdota Irma recuerda que fue difícil la aceptación del Instituto Caldas como Colegio Mixto por parte de las autoridades religiosas. Finalmente se logró, pero con algunos compromisos que evitaban ese contacto tan estrecho entre jóvenes y jovencitas. Según Irma, había una reja que separaba el primer piso del segundo. En un lado estaban los hombres y en otro las mujeres, las clases de educación sexual eran separadas y los baños estaban en extremos opuestos.