Cómo se enfrenta una crisis: Julio González cuenta su experiencia
Julio González Reyes es un bumangués, entregado a los proyectos cívicos y que tuvo reconocimiento por la trayectoria empresarial de muchos años en la capital santandereana.
Desde hace buen tiempo está al frente de la Sociedad de Mejoras Públicas, pero quienes conocieron su paso por la industria de las confecciones saben que es uno de esos personajes que con toda propiedad podría hablar de qué es enfrentar una crisis.
Quizá muchos recuerden Margaret Fashion, Catleya Fashion y Moda Fresita, tres organizaciones que sumadas a otros esfuerzos regionales hicieron de Santander un lugar competitivo en el ámbito de las confecciones durante más de 40 años.
Julio González nos contó que estas empresas fueron el resultado de un esfuerzo familiar y el deseo, que compartía con su esposa María Cristina, de generar empleo y el gusto por la confección infantil.
Le dieron vida a sus sueños empresariales con una organización muy pequeña, que con los años lograron el crecimiento hasta albergar unos 800 empleados, de los cuales unos 450 pertenecían a Margaret Fashion.
González Reyes comentó que la calidad de los productos y la búsqueda de mercados nacionales e internacionales los hizo fuertes.
Recordó que exportaban prendas infantiles a países como Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curazao, Trinidad y Tobago e Inglaterra y que en ese tiempo había apoyo del Gobierno Nacional con la Promotora de Exportaciones.
Pero durante los años 90 se dificultó la operación de estas y otras empresas del país.
Según explicó, vino un proyecto interesante que era la globalización de los mercados que en un momento pudo ser positiva.
Pero en su opinión en lugar de hacer el proceso escalonado “se le abrieron las puertas a todo el mundo a cambio de nada. Si se hubiera hecho un plan de exportaciones negociadas habría sido diferente, esto con la idea de exportar lo que ellos no tuvieran e importar lo que nosotros no produjéramos”.
La entrada de productos de otros países, similares a los fabricados en nuestro país pero a menor costo, generaron en opinión de Julio González Reyes desorden, dificultades económicas a las empresas y con ello desempleo.
En el caso de Margareth Fashion comentó que en un año las ventas bajaron en un 80 por ciento, lo que obligó a recortar personal con las indemnizaciones correspondientes, lo cual generó una descapitalización de la empresa.
Todas las expectativas se desmoronaron, por decisiones gubernamentales y no porque considere que haya faltado una buena administración.
Con ello estas empresas dejaron de existir sumiendo a estas familias en una situación compleja, que fue superada gracias al constante apoyo, la confianza y la espiritualidad.
De los cambios que se produjeron en su vida uno fue la creencia de que no siempre las empresas familiares son una buena opción.
“Antes sí estaba de acuerdo en una empresa familiar, ahora no porque en una crisis todos salen lesionados. Tuvimos que luchar muchísimo con mi familia, tuve varios hijos viviendo en Ecuador a quienes los llamaba desplazados económicos”.
Para González Reyes esa es una época que prefiere no recordar y si se le pregunta qué de positivo tiene una crisis, para él no hay mucho cuando se tienen que cerrar empresas de tantos años.
Sin embargo, es enfático en afirmar que lo que hoy se llama crisis nada tiene que ver con el sacudón de los 90 y que en este momento hay más herramientas para luchar.
Tres claves
En sus palabras, son tres los aspectos que se deben observar a la hora de enfrentar dificultades en las empresas.
1. Recortar gastos.
2. Mantener la calidad y beneficios de los artículos ofertados.
3. Buscar nuevos mercados como alternativa para salir adelante