Sea parte del cambio
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Creo en el derecho a la protesta. Creo que los ciudadanos tienen derecho a mostrar su desacuerdo, hasta que sean oídos. Lo que me parece inadmisible es que se deba llegar a los extremos de hacer y generar daño a otros en ese proceso.
Eso es lo que ha venido pasando, se dañan paredes, monumentos, se rompen vidrios, se tira piedra, se agrede a la autoridad, la autoridad responde, y en ese toma y dame, muchos que creen en el sano derecho a la protesta terminan en la mitad, lesionados, humillados, maltratados.
Me pregunto porqué una convocatoria a una marcha genera tanta incertidumbre, tanto temor.
La mezcla de fuerzas: derecha, izquierda, centro, creyentes, ilusos y los que de verdad consideran que con una marcha se puede lograr algo, es lo que genera un fenómeno perfecto para los que tienen en mente un objetivo diferente al planteado en un inicio.
Si va a marchar y considera que sus gritos aportan en algo, hágalo, eso no le hace daño a nadie. Pero no tire piedra, no rompa vidrios, no acabe con los cajeros, no se convierta en un vándalo pintando monumentos, vitrinas, paredes, negocios. No sabe el daño que le está generando a una persona que, por ejemplo, estaba emprendiendo un negocio y tenía depositados sus esfuerzos allí.
Si quiere llevar carteles en los que plasma lo que piensa, hágalo, pero que en el camino no se conviertan en el arma para agredir a alguien que no piensa igual que usted.
Ser revolucionario, si es lo que quiere, es promover el cambio con argumentos, con verdades, desenmascarando todo aquello que puede generar corrupción, maldad, daño a los ciudadanos.
Sea parte de esa revolución pero con altura, con prudencia, con mesura, con inteligencia.