Después de 20 años, lote de la carrera 39 será intervenido
Por: Edward Grimaldos Gómez
Parece ser que la preocupación de los vecinos del lote abandonado de la carrera 39 con calle 42 de Cabecera, llegará a su fin.
Después de más de 20 años desde que aquel terreno fue excavado para lo que sería la construcción de un edificio residencial que nunca se ejecutó, la Alcaldía de Bucaramanga anunció que ya se adjudicó el contrato con el cual se realizarán algunas obras que mitigarán los efectos de aquellas obras en las edificaciones vecinas.
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Los trabajos contratados corresponden al relleno del terreno con un tipo de material seleccionado, con el fin de cubrir la totalidad de los taludes descubiertos por la excavación. Del mismo modo, se crearán unas zanjas de coronación y cunetas que evitarán el estancamiento de las aguas y controlarán la escorrentía de la superficie alta. Dichas canaletas terminarán en las redes de alcantarillado existentes.
Además, se reforzará la seguridad del terreno a través de la construcción de anclajes activos, en las zonas del terreno que limita con las viviendas. Y se reforzarán los taludes de tierra con un tratamiento superficial mediante concreto lanzado.
Finalmente, se realizará un cerramiento del lugar con un tipo de malla especial.
Dichos trabajos se formularon basados en los estudios geotécnicos realizados previamente, que también fueron contratados por la Administración Municipal con el fin de darle respuesta a la orden de tutela fallada a finales del año pasado a favor de la señora Isbelia Orozco de Niño, propietaria de la vivienda vecina que sufrió afectaciones por la excavación del lote.
“Dentro de la tutela el juez nos obligaba a realizar un estudio geotécnico para poder sentar las bases de un trabajo que permita solucionar los problemas que este lote ocasionaba.
“Los estudios se hicieron a mitad de año y posteriormente se hizo la contratación de las obras que de acuerdo al estudio se requieren para solucionar el problema”, explicó Ana Lucía Pérez, abogada de la Secretaría de Infraestructura de Bucaramanga.
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De acuerdo con el contrato, los trabajos de ejecución tardarían 45 días, y debieron empezar el pasado 15 de noviembre. Es decir, se espera que los trabajos estén listos antes de finalizar el año.
“A nosotros nos notificaron que se harán las obras de mitigación. Después de mucho tiempo y de muchas acciones judiciales, vemos que se va a hacer algo. Esperamos que todo se haga de la mejor manera, mitigando no sólo el riesgo para mi vivienda que es la más afectada, sino el de todo el sector”, comentó Gustavo Niño Orozco, residente de la casa vecina.
$336
millones aproximadamente se invirtieron en los trabajos del lote de la carrera 39. De estos, $53 millones corresponden a los estudios geoténicos y $282 a las obras de mitigación.
¿Quién responde por los daños de la vivienda?
Según respondió la Alcaldía de Bucaramanga, dentro de estas obras no se incluye reparación a los daños ocasionados en la vivienda de la señora Isbelia Orozco de Niño, pues en la orden de tutela se contempló únicamente la mitigación del riesgo a raíz de las excavaciones del lote.
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Por esa razón, Gustavo Niño Orozco anunció que a través de la vía civil buscará que un juez determine los culpables que asumirán los costos de la reparación de la vivienda de su mamá a raíz del abandono de ese lote.
“Por ahora estamos contentos que se van a hacer las obras de mitigación que a la final es un beneficio para toda la comunidad. Ya más adelante interpondremos la demanda civil para que se nos reparen los daños”, comentó.
La historia del lote
La historia de ese lote comenzó en 1997, cuando el señor Henry López Muñoz (q.e.p.d) compró la casa ubicada en la carrera 39 con calle 42 para demolerla y construir un edificio residencial. Años después y tras la realización de algunos trabajos previos, la construcción se detuvo de manera inesperada y nunca se retomó.
Después de unos años, el señor Henry López se declaró en quiebra y la Superintendencia de Sociedades intervino la empresa que había consolidado para la construcción del lote y repartió el terreno a 30 propietarios, entre personas naturales y jurídicas, a quienes López les debía por algún servicio.
El terreno permaneció intacto hasta que se desplomó uno de los muros frontales de la vivienda de la señora Isbelia Orozco, que limita con el predio en cuestión, encendiendo las alarmas entre la comunidad vecina, quienes temen el lote pueda causar daños a otras viviendas.