Educar en valores
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Educar en valores. Esa es la única posibilidad que se tiene para formar adultos serios, responsables, capaces.
Educar en valores para que los pequeños de hoy sean valientes a la hora de enfrentar un reto y sean capaces de salir avantes -eso sí, con dignidad y sin atropellar a los demás- ante cualquier situación difícil que la vida les depare.
Jóvenes incapaces de hurtar, mentir, sobornar, calumniar, menospreciar, humillar, pero con la capacidad de detectar a quienes si lo hacen.
Que entiendan que la corrupción no forma parte de la cotidianidad, que los sobornos no son aceptados en una sociedad limpia y transparente. Que sepan que en la vida se es feliz si aplican lo aprendido en el seno del hogar, esos valores básicos como el respeto, el amor desinteresado, la humildad, la honradez, la honestidad, la sinceridad.
No es fácil el mundo que les depara a los futuros profesionales, pero si tienen claro el horizonte, si saben que lo fácil se evapora, se pierde, se acaba, y que lo que se consigue con esfuerzo, con trabajo, con sudor, es lo que perdura, lo que deja enseñanza, entonces ya tienen gran parte de la tarea hecha.
Y si a eso le suman que el camino a recorrer lo hacen con la certeza de la tarea bien hecha, que lo aprendido en el hogar, en el aula, en los distintos escenarios por donde transitaron dejó huella en sus vidas, entonces pueden darse por bien servidos.
La tarea dejó enseñanza cuando vemos chicos que saludan, dan las gracias, piden permisos, solicitan favores, aceptan sugerencias, discuten con argumentos y no con gritos.
Esa es la importancia de educar en valores desde la infancia, desde la cuna como dirían mis viejos.