Feliz día ‘senseis’
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Muchas personas en mi vida han sido verdaderos maestros, no solo por sus enseñanzas y sus consejos, sino por sus historias de vida.
Mis padres fueron los primeros, dos personas de campo que no solo dejaron miles de aprendizajes en mí, sino su entrega desinteresada a todos y cada uno de sus hijos. Ellos, desde su inmensa sabiduría, mostraron que el sacrificio, el amor con condiciones, el trabajo en unión, eran una forma de enseñar.
Después vinieron los profesores de la escuela, del colegio, de la universidad. De todos se aprendió algo. Todos enseñaron cosas que sirvieron para el momento, para el establecimiento, y para la vida.
Unos fueron verdaderos ‘Senseis’. A ellos se los he dicho.
”No te vayas a la cama sin aprender algo cada día”, me dijo uno.
Y esta premisa, por muy trillada que parezca, es la que debiera aplicarse durante toda la vida.
Cada día se aprende de lo que se vive. Por muy sencilla que sea la enseñanza, siempre hay algo nuevo, siempre quien está al lado deja algo que enseña, siempre el amigo, el vecino, los compañeros, la familia, el que no es amigo, dice o hace algo que pone a pensar.
Pensar es lo difícil y lo que poco se hace.
‘Sensei’, ese término japonés que se usa para honrar o dar un título a alguien, para mostrar respeto y admiración a un verdadero maestro o profesional, hoy lo uso para imponerlo a todos los que con su esfuerzo y dedicación entregan su vida a la enseñanza y dejan una huella imborrable.
A esos maestros que trascienden en el tiempo y muchos años después evocan sonrisas y los mejores recuerdos en quienes fueron sus alumnos, un feliz día ‘senseis’.