Laissez faire, laissez passer / Dejar hacer, dejar pasar
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Laissez faire, laissez passer, una expresión francesa que significa ‘dejen hacer, dejen pasar’, no es más que una invitación a respetar la libertad individual, el derecho del otro a tomar sus propias decisiones, erradas o no.
No significa, sin embargo, ser apático ante la desgracia de los demás.
Traigo a colación esta frase, sacándola del contexto económico, como una forma de recapitular sobre la injerencia que en muchas oportunidades se comete en asuntos de terceros, bajo el supuesto de querer ayudar, pero con la única velada intención de demostrar el poder.
Las personas nacen libres y en aras de esa libertad deben tomar sus propias decisiones, vivir su propia vida, respetando los límites de una sociedad y respetando la premisa de que sus derechos llegan hasta donde empiezan los del otro.
Laissez faire, dejar hacer. Dejen que los demás expresen su forma de ver la vida, manifiesten y desarrollen su personalidad, piensen, actúen, cometan sus errores y aprendan de ellos. No piensen por ellos, no los obliguen a actuar como les gustaría que lo hicieran.
Laissez passer. Dejen que las cosas pasen, que la vida fluya, que el pasado se quede en el pasado, que se aprenda de la experiencia, que lo vivido saque una sonrisa cuando se evoque.
Dejar hacer, dejar pasar, no implica que se siente a ver cómo la vida le pasa por el frente sin hacer nada, implica que tiene la libertad para tomar las decisiones que marcarán el destino de su vida, eso sí, sin dañar el de otros en ese trasegar.
Hoy la invitación es a que viva su vida, a que la disfrute, a que tome sus decisiones responsablemente y recuerde que todo acto tiene una consecuencia. Por eso, actúe bien.