Claves para identificar si su hijo es víctima de bullying
Cada vez es más frecuente escuchar hablar de “bullying” o “matoneo”, un concepto que se refiere al acoso escolar que sufre un menor especialmente en escenarios académicos.
Un fenómeno que de no ser tratado con la importancia que merece, puede acarrear problemas de tipo psicológico en un fututo para el niño que sufre de acoso.
“Una persona que ha sufrido acoso escolar puede desarrollar alteraciones afectivas a lo largo de su vida, dependiendo de la gravedad e intensidad del hecho, caracterizado como potencialmente traumático hasta el punto de afectar la integridad de la persona”, señaló el psicólogo clínico Cristian Capacho Sandoval.
Por lo anterior, es necesario que los padres aprendan a identificar las señales que pueden indicar que su hijo es víctima de matoneo en el ambiente escolar. Esto con el fin de revisar las causas, buscar la manera de solucionarlo y evitar que trascienda a un problema que afecte el desarrollo psicosocial del menor.
¿Sabía qué…
el Bullying (anglicismo de torear) o acoso escolar, es un tipo de comportamiento agresivo intencional que se da exclusivamente en el ámbito escolar y se basa en el desequilibrio de poder o de fuerza?
Edades frecuentes
Múltiples estudios han determinado que dicho fenómeno se agudiza y aumenta al terminar la primaria e iniciar de la secundaria, es decir, se da entre menores de 9 a 14 años. En esta edad los menores desarrollan y consolidan lo que será su personalidad, sumando el repertorio de conductas heredadas de los padres como el temperamento y lo aprendido socialmente (carácter).
Asimismo, se dice que sucede en la adolescencia debido a que los escolares experimentan múltiples cambios relacionados con su aspecto físico e identidad. Dependiendo de la forma en la que se afronten estos cambios, pueden aparecer temores e inseguridades traducidos en situaciones de “debilidad” o vulnerabilidad.
Identificar variación de comportamientos
El psicólogo clínico recomienda revisar aspectos relacionados con la personalidad de los niños que pudieron haber cambiado al ser víctimas de bullying.
Para facilitar esa tarea recomienda a los padres hacerse las siguientes preguntas:
¿Cómo se comporta mi hijo? ¿Se le facilita socializar? ¿Es retraído? ¿Me cuenta todo lo que le pasa en el colegio? ¿Está triste o llora con frecuencia? ¿Ha disminuido su apetito? ¿Se ha vuelto temeroso o inseguro? ¿Se preocupa demasiado? ¿No le agrada ir al colegio? ¿Se le dificulta disfrutar los momentos?
Una vez revise esos comportamientos puntuales se hace necesario comparar con actitudes anteriores para determinar cambios que indiquen si está siendo víctima de acoso escolar.
“Estas preguntas le pueden ayudar a observar señales de alarma y detectar si su hijo está pasando por una situación de abuso en el ámbito escolar. Recuerde que es vital facilitar espacios efectivos para interactuar con sus hijos, confiar en ellos, mantener abierto el canal de comunicación y atender lo que les sucede. No olvide que es mejor prevenir que lamentar. En sus manos está”, puntualizó el profesional.
Tipos de Bullying
* Físico: empujar, patear, arrojar objetos contra la víctima, etc.
* Verbal: insultar, menospreciar, criticar o burlarse del aspecto físico, etc.
* Psicológico: deteriorar la autoestima de la víctima, atemorizarla, etc.
* Social: aislar a la víctima del grupo de iguales.
* Ciberbullying: acoso o intimidación producida a través de redes sociales, mensajes de texto y correos electrónicos.
¿Cómo prevenir el acoso escolar?
Ningún hogar está exento de que alguno de los niños sufra de matoneo escolar. Es por eso que los expertos recomiendan revisar una serie de condiciones que pueden ayudar a prevenirlo.
1. La prevención inicia desde casa, es necesario que los padres de familia identifiquen de qué se trata el bullying en realidad y sus consecuencias.
2. Es importante estar alerta e identificar si su hijo es víctima, agresor u observador, aprendiendo a manejarlo dependiendo de la posición en la que se encuentre.
3. Los padres deben convertirse en agentes activos en las instituciones educativas, es decir, estar monitoreando el desempeño de sus hijos.
4. El compromiso debe ser de toda la comunidad educativa, creando ambientes seguros, libres de agresiones, tomando medidas adecuadas ante la aparición de este tipo de situaciones.
5. Proporcione un ambiente seguro y enséñele a su hijo de forma asertiva a enfrentar el abuso. Recuerde enseñar que a una agresión no se responde con otra agresión. Haga que si hijo se sienta apoyado.