La empanada ‘gate’ y el espacio público
Nancy Rodríguez Guevara
Editora Gente de Cabecera
Mucha tela se ha cortado alrededor del caso del joven que recibió un comparendo por parte de la Policía por comprar una empanada en una venta callejera.
Memes, videos, montajes, caricaturas y chistes callejeros, han mostrado que en el país sobra el ingenio de los ciudadanos, pero les falta mucha inteligencia a nuestros legisladores.
Una ley que deja a la libre interpretación los artículos del Código de Policía debe ser analizada de nuevo, tal como lo dijo la Ministra de Justicia.
Ahí sí, como dijo Jesús, “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Debo admitirlo, he comido empañadas en la calle, inducida por mi hermana, quien las probó primero y me convenció. Eso, en términos de ley, ¿cómo se llamará? ¿Cuál sería nuestro delito?
Expresidentes, candidatos, fiscales, magistrados, congresistas, contralores, entre muchos, deberían entonces admitir haber cometido el censurable delito.
En este caso, y como respuesta de la Policía, el argumento es que se estaba invadiendo el espacio público con la venta ambulante y tanto la vendedora como el comprador fueron advertidos sobre la comisión del delito.
Visto desde ese punto de vista, la restitución del espacio público en ciudades como Bucaramanga y Floridablanca es una urgente necesidad que alguien debe emprender.
Verdaderas ‘mafias’ se han dedicado a usurpar espacios en calles y andenes, que antes eran de uso de todos los ciudadanos.
¿Es oficio de la Policía restituir lo cedido por las administraciones municipales a las ventas ambulantes, los mototaxistas, la piratería, entre otros?
Ojalá alguien nos devuelva las otroras Ciudad Bonita y Ciudad Dulce.