Aléjese de los tóxicos
Editora Gente de Cabecera
Gabriela es una joven y bella profesional enamorada de Felipe, un hombre simpático, un poco narciso, inseguro y catalogado, por algunos que lo conocen, como agresivo y belicoso.
Llevan 18 meses como novios, los últimos seis de pelea en pelea, de golpiza en golpiza y de perdones y treguas.
Ella dice amarlo, él dice que también la ama y que no sabe qué es lo que le pasa, que le da miedo perderla, que teme que lo abandone. Ella quiere creer en Felipe. Gabriela se aferra a la posibilidad de que él cambie su forma de actuar por ese gran amor que dice tenerle.
Pero Felipe no va a cambiar.
Han sido tres golpizas, tres viajes a la clínica con suturas, morados e incapacidad. Tres reconciliaciones con súplicas de perdón y promesas de cambio.
En la última ocasión, Gabriela peleó hasta con su familia por defenderlo. Ella argumenta que él no es malo, que es una persona que necesita ayuda y que no puede dejarlo porque él amenazó con hacerse daño si lo abandona.
Gabriela no se ha dado cuenta que ella también necesita ayuda, que es ella quien necesita fortalecerse para alejarse de esa persona tóxica que está acabando con su tranquilidad y, que si no presta atención, en uno de esos ataques podría acabar también con su vida.
Lo mismo que le pasa a Gabriela le pasa a cientos de personas, hombres y mujeres, quienes se aferran a esas relaciones tóxicas que no aportan pero si le roban tiempo, tranquilidad, juventud, sueños, esperanzas.
Aléjese mientras es posible. Tal vez él o ella cambien, pero en esa espera usted puede salir lesionado. Valore su vida y su tranquilidad. Manténgase apartado de los tóxicos.