Los primeros edificios de tipo habitacional en Cabecera
Por: Edward Grimaldos Gómez
Cabecera del Llano es uno de los sectores que más avance urbanístico ha registrado en los últimos años. Un barrio dónde los edificios se han apoderado de esta zona oriental de Bucaramanga.
Es uno de los sectores residenciales más grandes de la ciudad y en donde las primeras construcciones de edificios de tipo residencial en la “Ciudad de los Parques” empezarían a aparecer.
Así lo recuerda el arquitecto santandereano Mario Pilonieta, quien por mucho tiempo trabajó para la constructora Martínez Villalba, una empresa referente en el tema de desarrollo urbanístico de Bucaramanga, y quien tiene dentro de su catálogo de obras los primeros edificios de tipo residencial de Cabecera, que aún se conservan.
“Tan pronto me gradué como arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia me vinculé con la constructora Martínez Villalba, en la que participé en proyectos pioneros en temas de edificios en Bucaramanga como lo son el de la Cámara de Comercio y el de Colseguros”, recordó Pilonieta.
El ser partícipe de estos proyectos urbanísticos en el centro de la ciudad, le merecieron ser parte del proyecto con el que el Banco Central Hipotecario pretendía desarrollar proyectos de vivienda en la modalidad de propiedad horizontal.
“El Banco Central Hipotecario encontró en Martínez Villalba el aliado para construir el primer edificio tipo residencial en Cabecera, situado sobre el eje de la carrera 33. Como yo trabajaba para ellos, yo fui el encargado de hacer los diseños”, agregó Pilonieta.
Un nuevo estilo de vivienda que para la década del 1960 ya avanzaba a pasos agigantados en ciudades capitales como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, por lo que Bucaramanga no podía quedarse atrás.
$300.000
aproximadamente costaban los apartamentos de los primeros edificios residenciales de Cabecera.
Edificio Santa Lucía
Ubicado sobre la carrera 33 con calle 42, fue el primer edificio de tipo residencial sobre esta importante vía de la ciudad, y el segundo en términos generales, tan solo después del Hospital Universitario de Santander, HUS.
Se terminó de construir hacia el año de 1964. Consta de nueve pisos y tiene una arquitectura que a pesar de los años se mantiene “casi intacta”. Con dos apartamentos por piso, cada uno de ellos cuenta con un área de 200 metros cuadrados.
“A pesar de sus más de 55 años, conserva la arquitectura con la que se hizo. Esa fue la primera obra en la altura que yo diseñé”, comenta el arquitecto Pilonieta.
Edificio Leo
Esta tradicional unidad residencial se ubica en la esquina de la carrera 33 con calle 46. Un edificio que está inmortalizado en la memoria de los bumangueses por albergar el tradicional Almacén Leo, que desde sus inicios.
Su construcción terminó tan solo uno año después del Santa Lucía, ubicado unas cuadras más arriba. Con diez pisos, tiene una distribución parecida al primero, de dos apartamentos por piso, excluyendo la primera planta den dónde ser creo un local comercial y un apartamento diseñado atendiendo a las peticiones del señor Salvador Rodríguez, fundador del almacén Leo y que para ese entonces tenía 10 hijos y por tanto requería un espacio amplio.
«Yo viví todo mi vida acá. Recuerdo que no había más edificios alrededor, todas eran casas y lo bonito que era el parque San Pío por su imponente vegetación”, comenta Guillermo, hijo de Salvador Rodríguez, y actual propietario del almacén Leo.
Edificio San Felipe
Para muchos bumangueses es considerado el “hermano” del edificio Leo, no solo por su cercanía, sino por su arquitectura de aspecto similar.
Aunque se terminó de construir a finales de la década de los años 60, se pensó como un solo proyecto junto con el edificio Leo, en lo que se llamaría las Torres Leonor, en honor a Leonor de Montoya, esposa de Don David Montoya.
Sin embargo, según cuentan algunos vecinos, las bajas ventas del proyecto hicieron postergar la segunda torre mientras se terminaban de vender los apartamentos de aquella torre de 10 pisos también.