Once años de amor, respeto y comprensión
Edward Grimaldos Gómez
Como una persona entregada a lo que más quiere, así se define la gerente del Centro Comercial Megamall, Isabel Andrea Díaz. Una mujer que divide su tiempo entre sus dos grandes pasiones, su familia y su trabajo.
Con una sonrisa en su rostro, característica propia de su personalidad espontánea y elocuente, le abrió las puertas de su casa a la revista Gente de Cabecera para compartir con los lectores, en esta edición especial de Día del Amor y la Amistad, los detalles sobre su historia de amor con Santiago Vanegas, el hombre con el que decidió conformar su familia.
El trabajo los unió
Al preguntarles por el inicio de su historia de amor, se miran y se ríen mientras deciden quién de los dos quiere empezar a compartir sus recuerdos sobre la manera en la que se conocieron…
Recuerdan que fue para el 2004, cuando trabajaban en Vanguardia Liberal. Y aunque pertenecian a áreas diferentes, para Santiago la belleza de Isabel no había pasado desapercibida.
“Fue Vanguardia donde nos presentaron. Santiago trabajaba en el área de publicidad y yo en el de suscripciones. Él siempre me ha dicho que desde que me vio supo que yo era la mujer de su vida”, expresa Isabel mientras Santiago la mira y se sonroja.
Y no es para menos, pues con mucho entusiamo él reconoce las cualidades que le llamaron la atención de la mujer que hoy en día es su esposa.
“Me gustó mucho su mirada y su forma de ser. Era una mujer muy agradable, alegre, sociable pero sobre todo con mucho carácter. Desde el principio me pareció una persona muy interesante”, expresa Santiago.
Los detalles hicieron parte del plan de conquista de Santiago, quien tenía como objetivo enamorar a Isabel.
“Pasaron cuatro meses desde que nos conocimos antes de convertimos en novios. Durante ese tiempo él se la jugó por mí con muchos detalles, me regalaba flores, chocolates y mensajes. Siempre fue un hombre muy especial y detallista, algo que aún conserva”, menciona ella.
Esa relación se consolidó por tres años, tiempo en el que compartieron sinnúmero de experiencias como novios, antes de decidir dar uno de los pasos más grandes en su vida, el matrimonio.
Sería justo en diciembre mientras repartían los regalos de navidad, acompañados de todos los miembros de su familia, cuando de manera inesperada aparecería esa propuesta, a la que Isabel no se puedo negar.
“Fue algo diferente. Era la primera vez que las dos familias nos reuníamos para compartir una navidad. Así que a medianoche a la hora de entregar los regalos, esperé para ser el último y compartir en familia esta importante decisión”, recuerda Santiago.
“Ese era el último regalo que quedaba. Cuando me lo entregó lo sospeché por la bolsa de joyería. Sin embargo no quería crear expectativas, podría ser otra cosa. ¡Pero no! lo abrí y era el anillo. No tuve momento de decir nada, las dos familias se emocionaron tanto que ya sabíamos de qué se trataba y yo solo lloré”, complementa Isabel, mientras revive ese momento en su mente.
Ese regalo de navidad que recibió Isabel se consolidó un año después en su matrimonio. Una experiencia de vida que comparten juntos desde hace cerca de 11 años, en la que aseguran haber vivido los mejores momentos juntos, entre los que destacan la llegada de sus dos hijos.
«Admiro de Santiago su dedicación a la familia, la responsabilidad que lo caracteriza haciendo de él un gran ejemplo como padre y persona. Es un hombre detallista y que logra ponerse en los zapatos de la otra persona»,
Isabel Díaz.
Los hijos, el eje de su vida
Para esta pareja de esposos los hijos siempre estuvieron en su proyecto de vida. Por eso hablar de la llegada de Simón y Violeta es una de las experiencias que más emoción les genera.
“El embarazo y la llegada de un hijo es la experiencia más maravillosa que una mujer pude vivir. Fue un momento en mi vida que disfruté muchísimo. Creo que la felicidad que uno siente no se puede describir con palabras”, agrega ella.
Tener dos hijos, un niño y una niña, siempre fue el plan perfecto para esa pareja, por eso agradecen a Dios por haberles concedido la dicha de cumplir con ese deseo.
“La llegada de Violeta fue algo muy hermoso también. Siempre soñamos con tener un niño y una niña. Se me cumplía el deseo de poder ver crecer una niña, que tal vez hizo falta en mi familia, en la que somos solo hijos hombres”, comentó Santiago.
Es precisamente ese fuerte amor que sienten por su hogar lo que les impulsa a trabajar a diario por brindarles el mejor bienestar posible a sus niños, sin dejar de lado esos espacios para compartir tiempo al lado de ellos.
“Creo que intentamos encontrar el equilibrio entre nuestra agitada vida laboral y personal para poder dedicarles a nuestros hijos el espacio de pasar tiempo con nosotros. No es tarea fácil, pero siempre procuramos que al cruzar la puerta de la casa nada perturbe nuestro rol de padres”, coincidieron los esposos.
Y es que lo que más quieren es disfrutar de cada uno de los momentos que ser padres les puede ofrecer. Por eso la unidad familiar es una característica propia de esta familia, en la que los hijos son parte fundamental de la alegría que los invade.
«Lo que más admiro de Isabel es su berraquera, el temple con el que afronta cada reto personal y del hogar. Su creatividad, la manera en que busca marcar la diferencia(…) Para mí es una mujer y madre excepcional y así lo demuestra constantemente»,
Santiago Vanegas.
“También tenemos espacio para nosotros”
Pasar tiempo con sus hijos es la mayor satisfacción para Isabel y Santiago. No obstante, en medio de las implicaciones propias de sus roles de padres y ejecutivos, reconocen que siempre hay tiempo para dedicarse como pareja.
“Disfrutamos mucho de ir a un restaurante, ese plan aunque suene típico, es nuestro plan favorito. Así celebramos muchos aniversarios y fechas especiales”, cuenta Santiago.
“En medio de todo buscamos la manera de dedicarnos tiempo como pareja, así sea con un plan sencillo como lo es ver una película mientras nuestros niños duermen”, complementa Isabel.
Por esas y más razones se sienten felices de compartir uno con el otro, porque como pareja han logrado afrontar todo tipo de situaciones felices y adversas y que hacen que cada día su hogar se fortalezca y se mantenga.
“Desde que tomamos la decisión de estar juntos supimos que dejábamos de pensar en individualidades y nos convertíamos en un todo, teniendo como base la confianza.
“Es esa manera de pensar la que nos ha hecho fortalecer nuestra relación de pareja y para con nuestros hijos, una decisión que disfrutamos”, expone Santiago.