¿Cuál es su personalidad financiera?
A la hora de comprar, ahorrar o invertir, generalmente no reflexionamos mucho sobre cómo somos con el manejo del dinero.
Es por esto que el experto y coach en Finanzas personales e Inversiones, Luis Fernando Vásquez aconseja que este es un tema por el que deberíamos preocuparnos con el fin de identificar los rasgos propios que determinan nuestra personalidad financiera.
“Aunque esta clasificación está lejos de ser un tratado científico sobre la psicología del individuo, sí marca los rasgos más generales que nos identifican a la hora de relacionarnos con el dinero”.
Revise con atención los principales tipos de personalidad financiera para que pueda realizar un “autodiagnóstico”, y de esta forma trabajar en sus debilidades.
Solo así podrá alcanzar esa tranquilidad financiera que tiene proyectada para este 2018.
1. Miedosos-Temerosos: En esta categoría se encuentran hombres o mujeres, cuyo miedo a perder los lleva a ser generalmente cautos a la hora de gastar el dinero, incluso son personas que esquivan las deudas. Generalmente buscan atesorar o guardar su dinero en lo que definen como “seguro” y prefieren simplemente no tener más dinero del que necesitan para vivir, para así no tener que “padecer”, a su juicio, el riesgo de perderlo todo, pues en el fondo el miedo a ser pobres o desmejorar el nivel de vida que tienen los paraliza.
2. Impulsivos: Estos individuos pueden llegar a asumir grandes riesgos a cambio de recompensas generosas. La “emoción” les puede más que la razón. Sus capacidades de decisión son deficientes pues justifican sus gastos con expresiones como “me lo merezco”, “para eso trabajo”. Sentimientos como frustración, depresión y tristeza suelen causar igual efecto que la alegría en los impulsivos porque recurren al gasto cuando estas emociones los invaden. Ahorrar se les hace imposible.
3. Metódicos-Analíticos: Suelen caracterizarse porque privilegian el hecho de proteger todo cuanto tienen de una mala decisión financiera, tienen un alto sentido de la responsabilidad y eso los lleva a tomarse su “tiempo” antes de decidir qué hacer con su dinero. En ocasiones pueden caer en la indecisión por el temor de pasar por alto algún detalle. Pueden ser “cazadores insaciables” de ofertas, con tal de ver reducido el dinero de sus compras.
4. Derrochadores: Disfrutan gastando y se justifican afirmando“cuando uno se muera nada se lleva”, “disfrutemos ahora que estamos vivos”. Su “arsenal” de tarjetas de crédito están listas para “desenfundar” en cualquier momento. Tienen una mentalidad financiera a muy corto plazo, prefieren gastarse todo hoy porque “mañana quién sabe si tendremos”. Acumulan deudas y el manejo de su dinero es un completo desorden. Los derrochadores suelen vivir por encima de sus posibilidades económicas.
5. Descomplicados: Suelen darle más importancia a lo que ellos prefieren que a cumplir con los prototipos impuestos. El dinero para ellos simplemente no es importante pues poseen hábitos de consumo sencillos. No les interesa saber de inversiones o de cómo va la economía pues en el fondo puede existir una dualidad en la que de una parte, o bien se sienten resignados a la condición financiera que ha sido la constante en sus vidas, o pueden gozar de una envidiable confianza en lo que realizan como actividad productiva para generar dinero.