Se me olvidó la bolsa
Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera
La idea es que empecemos a ser más proactivos con el medioambiente. No sé si les ocurre pero hay ocasiones en las que por despistados dejamos la bolsa ecológica en casa. Eso nos obliga una vez más a comprar las de plástico en el supermercado. Sí, llevaré, 2, 3, 4.
El proceso de transición es ahora; así que acostumbrémonos a llevar esa mentalidad ecológica a todas partes. Mantengamos las bolsas en el carro, en el bolso, como ocurre con la sombrilla. Solo así podremos salir de ese círculo vicioso que nos representa tan solo $20.
Aprovecho para hacer un llamado también a los dueños de mascotas, quienes deben acudir a este elemento cada vez que realizan los paseos con sus canes. Ojo, estamos viendo un fenómeno que no está nada bien: bolsas plásticas con heces en cada esquina; aunque es evidente la falta de canecas en la ciudad esto jamás justificará la falta de civismo del propietario del perro. Es importante que vayamos más allá y creemos estrategias, por qué no, creativas, pero ante todo medioambientales que nos faciliten nuestras tareas. Ante el excesivo uso del plástico por qué no crear pequeñas bolsas con papel reciclado para ayudarnos en nuestras tareas con las mascotas. Lo importante es que tanto usted como yo demos ejemplo.
De nada sirve que cambiemos de mentalidad a la hora de ir de compras, si seguimos teniendo un uso desmedido del plástico. Por ejemplo, los mezcladores elaborados con este material para disolver nuestro café o azúcar tienen tan poca vida útil; solo 5 segundos para que terminen en la caneca de basura.
Estemos atentos en nuestro día a día a toda acción que atente contra nuestro planeta,y digamos, no más plástico.