Querido peatón

Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera

 

El interés de este espacio es poder visibilizar al peatón y ofrecerle excusas por tanta indiferencia; es de vital importancia continuar de manera constante en una campaña de civismo propendiendo por su respeto.

Cuántas veces nos hemos visto atravesando una vía con angustia, porque de manera inesperada la luz del semáforo cambia de rojo a verde mientras se recorre la cebra y nos vemos expuestos a esa primera fila de conductores que de inmediato dan arranque a su vehículo y activan su bocina.

Se nos olvida que el peatón tiene la prelación y que es nuestro deber cuidar su vida; recordemos que nuestro sistema de semaforización no cuenta en todas las esquinas con conteo de números para dar alerta al cambio de luz.

Ni hablar de las curvas o intersecciones; el peatón se expone a una carrera maratónica pues solo tiene unos cuantos segundos para ganarle a los vehículos, de lado y lado. Y es ahí cuando me pongo en los zapatos de los adultos mayores y mujeres con niños en coches que deben correr por calles y carreras, ante la falta de paciencia, producto del afán descomunal que lleva el conductor.

Es cierto que poco a poco hemos ido aprendiendo a respetar las cebras, pero nos falta mucha más cultura vial.

¿Por qué nos ofendemos cuando un conductor ejemplar da prelación al peatón?

Recuerde que al bajarse del vehículo, su familia y usted también son peatones.

Que sea una tarea diaria visibilizar al transeúnte; aprendamos a reconocer que esas dos líneas blancas que se demarcan en las curvas son cebras y compartamos las vías, que son de todos los actores sociales.