Ciudades para la discapacidad

Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera

 

Interesante resultó el ejercicio hecho por el experto en comportamiento social Daniel Pink, en su programa ‘Control de multitudes’ de Natgeo, a la hora de evaluar qué tanto respeto hay por parte de los conductores con los parqueaderos que están señalizados para personas en condición de discapacidad.

Eran más los que abusaban de estos espacios, haciendo uso de las celdas disponibles y argumentando que solo las usarían un par de minutos.

Por eso, la mejor estrategia para hacer respetar el lugar fue devolverles un poco de su propia medicina y aparcar una camioneta con personas en sillas de ruedas, detrás de sus vehículos, impidiéndoles su salida y demostrándoles no solo el tiempo que les lleva su movilidad sino el peligro al que se exponen estas personas, al no contar con su espacio disponible.

Así, el conductor irresponsable no solo se avergonzaba frente a las cámaras sino ofrecía disculpas argumentando no volver a hacerlo.

En nuestra ciudad, vemos que son muchos los carros que se ubican sobre los andenes, otros no respetan las rampas de acceso a la hora de parquear sobre las vías. Esta Redacción recibe quejas por la falta de sensibilización de algunos taxistas, que incluso se ubican alrededor de las clínicas, obstruyendo el paso de enfermos en sillas de ruedas.

Señores agentes de tránsito y administradores de centros comerciales y conjuntos cerrados, más control y sanción para personas insensibles; señores conductores, menos pereza y más civismo a la hora de parquear. Administración Municipal, recuerde que necesitamos ciudades pensadas para la discapacidad y aún nos falta mucho; solo miremos los andenes en deterioro.