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Editoriales, Punto de Vista

Solo es cuestión de vergüenza

GENTE DE CABECERA

Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera

 

A los ciudadanos les hace falta un factor elemental a la hora de tomar el volante: vergüenza. Solo hace falta ver cómo algunos conductores se atraviesan en las intersecciones generando caos y sin el más mínimo sonrojo. Motociclistas que abusan de la velocidad y hacen cualquier maniobra irrespetuosa a las señales de tránsito por la pereza de realizar los respectivos giros. Para muchos, los separadores son la mejor alternativa para ahorrar tiempo.

Es vergonzoso que sigamos viendo tantas infracciones, que quizá, muchos agentes de tránsito no ven. Solo basta tomar el carro y hacer un recorrido, el que sea, para notar la falta de autoridad y de cultura vial. He visto gente parqueada hasta en el carril derecho.

¿Que nos autoregulemos? Tristemente aún no se puede. Sería bueno que hiciéramos trabajo de consciencia y entendiéramos que no es por la multa, que no es por la ley del garrote sino por una mejor movilidad y menos índices de violencia. Pero no. Muchos solo respetan si el alférez se ve a simple vista, de lo contrario hacen fiestas en las vías.

Y si a lo anterior le sumamos el caos que está generando la ‘aparente improvisación’ en cambios viales, el retraso de las obras, los vehículos mal estacionados y la falta de continuidad a la hora de regular los focos de congestión por parte de los agentes (solo se ven por semanas), seguiremos sumergidos en una ciudad caótica, donde prima el mal genio, la imprudencia y falta de cultura.

Lo anterior solo genera ira, que por supuesto repercute en nuestra salud mental y orgánica; entendamos que se requiere cuanto antes orden en las calles pues estamos poniendo en riesgo nuestro bienestar físico, emocional y social.