¿Qué tan preparada está la ciudad para los biciusuarios?

Diana Lucía Díaz Patiño/GENTE DE CABECERA

 

“Sigo sin entender que Bucaramanga, que tiene todos los apodos del mundo, la Atenas, la Dinamarca, prohíba el uso de bicicleta en vías. Es más fácil poner un cartel, ‘Señor conductor, tenga cuidado con el ciclista’ en vez de prohibir al ciclista. La excusa de la DTB en cierto momento ha sido que es por seguridad, porque es peligroso… pues más bien adviértanle a los de los carros que tengan cuidado”.

Esto es lo que decía el periodista Javier Ferreira en el más reciente Debate Unab, llevado a cabo esta semana y transmitido por Vanguardia.com.

Y corresponde a la realidad en Bucaramanga y en muchas otras ciudades del país.

A 200 años de su creación en Alemania por parte del barón Karl von Drais, la bicicleta y sus usuarios siguen luchando por abrirse un espacio respetado y generoso en la movilidad.

Y a propósito de la Semana de la Bicicleta que se está celebrando hasta el 23 de abril, cabe preguntar qué tan preparada está la ciudad para la movilidad en este medio.

¿Qué espacios hay actualmente para los biciusuarios?

Precisamente, la Semana de la Bicicleta fue institucionalizada recientemente como parte de un proyecto del Concejo de Bucaramanga, en trabajo conjunto con colectivos ciudadanos probici, reflejada en el Acuerdo municipal 001.

El documento establece, además, la implementación de biciparqueaderos en las instalaciones de las entidades públicas del municipio e incentivos a los funcionarios que lleguen a sus oficinas en bicicleta.

En el mencionado debate, el Concejal Jorge Flórez, uno de los promotores del Acuerdo 001 afirmó: “El llamado que estamos haciendo con este Acuerdo (…) es más allá de movernos en la bicicleta, empezar a hablar de movilidad sostenible, que implica que todos tenemos un derecho a movernos por la ciudad, a disfrutarla”.

Dentro de los planes de la Administración actual además está la construcción de 2,6 km de bicirruta que estarían listos antes de finalizar este año, para comunicar a la UIS con el Parque de los Niños.

Por otra parte, a la par con el trabajo gubernamental, en espacios académicos y recreativos con un flujo importante de personas, como universidades y centros comerciales, se pueden ver de manera más frecuente estrategias para incentivar el uso de la bici.

Un ejemplo es la Universidad de Santander, Udes, que inauguró recientemente su primer biciparqueadero, con capacidad para 12 bicicletas.

“Hemos tratado de promover el uso de la bicicleta porque vemos que sí hay varios estudiantes que la tienen como medio de transporte (…) Resaltamos sus beneficios no solo en cuanto a la salud sino también para el cuidado del medio ambiente, teniendo en cuenta que las fuentes móviles son las principales contaminantes”, explica Martha Patricia Plata, coordinadora de Udes Verde.

“Es bastante el uso de la bicicleta entre los estudiantes, ha venido creciendo (…) Y el biciparqueadero tiene buena acogida, incluso hemos visto que más personas se han animado a traer su bicicleta”, agregó la funcionaria.

Infaestructura y cultura: el ‘ideal’ de los biciusuarios

Indudablemente, la mayor lucha la están dando en las calles, de manera incansable y constante, quienes pedalean y usan la bici en su día a día.

Uno de ellos es Diego Moreno, coordinador de Ciclaramanga, uno de los primeros colectivos probici de la ciudad. Él resalta los avances y pequeñas acciones que han sido clave, pero considera que le falta mucho a la ciudad para establecer una movilidad incluyente y sostenible.

“Aún falta mucho y no hemos empezado. Bucaramanga está en la ‘previa’ al uso de la bicicleta”.

Con respecto a las principales dificultades o desventajas que existen en Bucaramanga para el uso de la bicicleta, la más reciente encuesta metropolitana sobre este ítem (publicada en noviembre de 2016), dio como resultado que un 72,4 % de los encuestados considera la falta de infraestructura como principal limitante para usar la bicicleta.

Pero Moreno considera que hay una dificultad mayor: “No tanto la ausencia de ciclorrutas o vías exclusivas para el tránsito de bicicletas como la falta de cultura. En una ciudad cicloincluyente, bici-amigable, con una cultura desarrollada a favor del uso de la bicicleta, no harían falta bici-sendas. Pero aún estamos muy lejos de ese ideal, ni siquiera ciudades avanzadas en el tema como Ámsterdam o Copenhague han llegado a ese nivel de desarrollo. De todas maneras, el principio que ellos han trazado para definir su política probici es: “construye y el ciclista vendrá”.

En el aspecto de la cultura vial que menciona Moreno, concuerdan otros integrantes de colectivos probici como Raysa Díaz, quien además destaca que es importante transitar bajo el concepto de “Compartir la vía”, generando respeto entre todos los actores de la movilidad.

Finalmente, Moreno recalca que la bicicleta, usada adecuadamente, sigue siendo el medio más “expedito” para desplazarse en Bucaramanga, teniendo en cuenta que aquí la mayoría de distancias son menores a 5 km.

“En ausencia de ciclorrutas, la calzada que ofrecen las vías secundarias es el corredor perfecto para recorrer la ciudad: pocos carros, velocidades bajas, contaminación reducida, sombra y ambiente propicio para el pedaleo. Además, la Ley 1811 brinda estímulos para quienes usen diariamente la bicicleta como medio de transporte. De otro lado, la red de bici-parqueaderos y establecimientos bici-amigables de Bucaramanga sigue creciendo”, dice Diego, a modo de incentivo y destaca el camino lento pero notorio que está recorriendo la bicicleta en la ciudad.

 

En redes sociales respondieron: ¿Vale la pena usar la bicicleta en Bucaramanga? ¿Qué ventajas y desventajas encuentra?