El océano en 2050
Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera
Primera pregunta: ¿Vamos al cine o al restaurante y seguimos usando el pitillo de plástico, además de la tapita del mismo material que soporta la bebida?
Segunda pregunta: ¿Hemos sembrado al menos un árbol en nuestra vida? ¿Ese cuidado ha sido continuo o se quedó en una experiencia emotiva de una jornada escolar, laboral o medioambiental?
Tercera pregunta: ¿Continuamos enviando cantidad de comunicados en carpetas, folletos, sin importar que una persona lea el contenido en cinco minutos y deseche el mensaje en la papelera? Lo decimos de corazón, pues son cantidades de material informativo los que llegan con contenido de dos hojas a nuestra Redacción; a pesar de la información idéntica que recibimos en el correo electrónico. Cuidado. Es necesario darle sentido al uso del papel. No nos excedamos solo porque hay que gastar el rubro de papelería de la entidad. Es la sensación que nos queda.
Aprovecho de igual forma para felicitar a otros por su compromiso con el planeta. Aplaudo las iniciativas de los empresarios que se han unido al cambio. Muy bien por los propietarios de restaurante que nos preguntan si queremos llevar el pitillo como forma de persuasión con el cliente. Felicito al que volvió a los pitillos de papel biodegradables. Hace unas semanas me encontré con uno muy particular que plasmaba el dibujo de un bambú en estos elementos. Recordemos también cómo el año pasado una marca deportiva de gran reconocimiento en el mercado mundial creó una línea de tenis con plástico reciclado del mar.
Este 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, y tal y como dijo la ONU, para el 2050 habrá más plástico en el océano que peces. Actuemos ya.