Todos podemos ser veedores
Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera
Para finales de este mes comenzará a regir el Nuevo Código de Policía, un manual que si bien viene cargado de regulaciones y sanciones, es una biblia a la buena conducta y al civismo.
Solo basta salir de casa para mirar cuántas infracciones necesitarían nuestros habitantes ante el desorden y apatía con nuestra ciudad.
Seguro, muchos esperaríamos que las sanciones llovieran a cántaros como punto de partida al orden de nuestras calles y a la sana convivencia.
En este momento, el objetivo de todas las instituciones será continuar con la sensibilización. Por eso, desde nuestros hogares recordémosle a cada uno de nuestros familiares las reglas a seguir.
Que los colegios se conviertan en esos multiplicadores de las normas cívicas.
Que en los conjuntos residenciales, los administradores sean difusores de este manual, utilizando las carteleras de los ascensores y circulares. Lo más importante es que podamos aprovechar este Código para disminuir los grados de intoleracia, para que tengamos claro que el otro también tiene derechos, desde su sana y pacífica convivencia hasta la limpieza del sector que habita.
Nos resulta irrisorio pero necesario tener que regular que alguien no elija las calles de nuestra ciudad como orinales; situación que se sigue viendo incluso con algunos conductores de transporte público. La invitación es a que todos nos convirtamos en veedores, que la Policía incremente aún más sus controles y logremos ese confort al espacio público, que incluye paisaje, aromas y sonidos. Eso es hacer ciudad.
Ese patrimonio nos dará vínculos de pertenencia y ante todo identidad colectiva, como lo afirman estudiosos sociólogos.