Mi lista de regalos
Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera
Diciembre puede ser un buen pretexto para darnos un regalo y qué mejor que la reflexión. Nos debe doler el país, la sociedad. Un caso tan aberrante como el de Yuliana Samboní nos pone a pensar en la degradación social que atravesamos. Detrás de ella hay cantidad de mujeres anónimas que siguen siendo registro en las noticias rojas de los periódicos. Las mujeres no estamos exagerando, empezamos a sentir miedo y esto no puede ser así.
Hablando con mi padre mirábamos lo triste que resulta que el ciudadano de bien tenga prácticamente que vivir como en casa por cárcel, sobre todo la mujer, por miedo a exponerse a tanta crueldad social. De la casa al trabajo y del trabajo a la casa porque precisamente tememos caminar solas por una calle, vestirnos con libertad, viajar a donde queramos solas, rechazar a un admirador por miedo al ácido. ¿Por qué?
Necesitamos leyes severas para la defensa de las mujeres y de la infancia. Ese sería el mejor regalo por parte de los gobernantes, celeridad con medidas que respalden la seguridad de la mujer.
También debemos regalarle a las nuevas generaciones valores desde nuestros núcleos familiares, ser capaces de frenar un comentario machista en los niños, adolescentes y hombres; enseñarles a las niñas desde casa que papá y mamá tienen el mismo protagonismo y respeto en la toma de decisiones, que deben crecer empoderadas, estableciendo límites para no dejar pasar un solo irrespeto. Regalémonos también tiempo para saber a quién le aceptamos una cita, para analizar el discurso de los hombres con los que hablamos.
Por último, y no menos importante, regalémonos fraternidad; tratémonos bien.