La importancia de los baños públicos
Gilberto Camargo
Bucaramanga es una ciudad donde no existe una red organizada de baños públicos para la gente. Existe solo uno, en el Parque de los Niños, pero desde diciembre de 2015 no se volvió a ofertar su funcionamiento; allí son más de 1000 personas que asisten cada día a practicar deporte y danza terapia. Es deber de una buena administración de la ciudad velar por el bienestar de su población, en especial por la tercera edad, niños y discapacitados, quienes en su trasegar por la ciudad necesitan en un momento de este servicio y más cuando se encuentran realizando sus diligencias en diversas entidades o lugares.
Es urgente reglamentar este servicio, sobre todo en los establecimientos donde la gente más hace aglomeración, como lo son bancos, entidades públicas, restaurantes y cafeterías.
La norma de arquitectura para hospitales ordena que toda sala de espera deba tener una unidad sanitaria, por sexo, por cada 15 pacientes.
Si queremos una ciudad limpia y saludable, aportemos todos en ofertar dicho servicio y evitemos que los parques o calles sea los destinos escogidos.
Hace poco en una prestigiosa lonchería de la calle 35 del centro de Bucaramanga, se nos negó este servicio o se condicionó, obligando a la gente a consumir algún producto. En mi compañía estaban personas mayores de 60 años, que estaban conociendo a pie dicha calle. Se molestaron un poco, en especial por el trato brindado por los empleados, olvidando que todos somos seremos humanos y no estamos exceptos algún día de tener este apuro.
Desde una visión científica, a medida que envejecemos, los riesgos para el estado de salud son altos y de menor tolerancia. Vivir esos momentos son angustiosos y de cumplimiento inmediato. La solidaridad es fundamental.
Aún nos falta aprender de otros lugares del mundo, donde por hábito, es normal prestar el servicio de baño, sin ningún condicionante. Ya en Bogotá se está legislando al respecto por parte del Concejo Distrital.