Cadena de buenos gestos
Paola Bernal León / Editora Gente de Cabecera
En el libro ‘El diario de la gratitud’ la autora Janice Kaplan cita al doctor Marty Seligman de la Universidad de Pensilvania, para hablar sobre la psicología positiva y el efecto que produce en las personas un buen gesto; “una expresión sincera de gratitud te hace feliz…y ese sentimiento puede perdurar varias semanas e incluso combatir la depresión”.
Y es que tendemos a la repetición. Si somos amables con cada uno de nuestros gestos, estamos siendo parte de una cadena de amabilidad que se irá expandiendo a nuestro paso. Solo se trata de intentarlo; sonreír en la mañana, saludar en el ascensor, sostener la puerta cuando ingresa con otras personas a su edificio, ceder el paso a un peatón o a un conductor que se quedó atascado en un carril por un imprudente que utilizó el lado derecho para estacionar. Todo ese tipo de actos, propios de nuestro diario vivir, abordados con amabilidad mejorarán el día de cualquiera y lo dejarán en un estado apacible para que de igual forma repita el gesto. Sí, como la cadena de favores.
Un mal gesto, de igual forma, puede dañar el día de otro, o por lo menos contaminar su cuerpo con la activación del cortisol, que en exceso nos lleva a estados de estrés. Y aunque no lo creamos, muchos científicos han asemejado esa sensación a un envenenamiento. Así que la idea es que cada vez que estemos saliéndonos de casillas o perdiendo la paciencia recordemos que podemos ser los responsables de activar toda una cadena desfavorable para una familia, para un empleado, para la misma ciudad.
Empecemos a ser cuidadosos con nuestros actos desde que salimos de la puerta de nuestra casa. Y por supuesto, no olvidemos dar las gracias.