Jaime Luis Gutiérrez, con la casa y el alma ‘invadidas’ de libros
Diana Lucía Díaz Patiño
Una sala de estudio con una biblioteca que ocupa dos paredes, un antiguo mueble de madera de 8 metros también repleto de libros, variadas repisas distribuidas por toda la casa e incluso un baño auxiliar, son los territorios que ocupan los casi 15 mil volúmenes de historia, filosofía, música, física, gramática, antropología y muchas temáticas más, que posee el bibliófilo Jaime Luis Gutiérrez.
Allí, ir en búsqueda de un libro implica recorrer estantes atiborrados pero organizados juiciosamente por áreas, palpar portadas y lomos desgastados y otros aún con olor a nuevo, hacer fuerza porque los libros están bien apretujados para no desaprovechar ni un milímetro de espacio, y hasta encontrarse con otros que vagan por los escritorios y los espacios libres de los cajones de la biblioteca.
En conjunto, estos libros reflejan el pensamiento curioso y la memoria extraordinaria de su dueño: datos, nombres, anécdotas y citas relacionadas con sus obras favoritas emergen constantemente en su conversación, en un ritmo constante a veces, y en otras, como un recuerdo caprichoso de cómo conoció a tal autor, o quién le recomendó tal libro y por qué.
Lector consumado
‘La alegría de leer’ es el primer título que viene a la mente de Jaime Luis cuando piensa en sus inicios como lector. Pero en realidad la alegría de leer es, ante todo, su estilo de vida.
Este bumangués, ingeniero mecánico e industrial de la UIS y ex rector de esta misma universidad, recuerda que aprendió a leer por imitación de su padre.
“Él era profesor de español y literatura, inglés y francés, un hombre muy culto (…) Tenía una biblioteca de unos 5 mil volúmenes y cuando murió heredé algunas cosas, como la colección de Selecciones, la cual he continuado…”
Su hábito lector se forjó con especial determinación mientras cursaba segundo bachillerato en un internado de Duitama. “Allá había ‘las horas de estudio’, de 7 a 10 de la noche, en esas horas estudiábamos o estudiábamos… pero así adquirí mucho gusto por la lectura”.
‘La mejor compañía es un libro’
En su lista por leer, el tema común es la espiritualidad, en el cual Jaime Luis tiene bastante interés y del cual continúa escudriñando. ‘Iluminación instantánea’, ‘Sanar a través de la oración’ y ‘El cuidado del alma’ son algunos de los títulos que ocupan hoy sus horas y su mesa de noche.
Y aunque es justamente la noche su momento favorito para leer, dice que siempre lleva consigo un libro.
“Definitivamente la mejor compañía es un libro (…) Es enorme el placer de leer, de tener uno a Platón, Cicerón, Shakespeare y a Cervantes de profesores, eso es una belleza, ¿no? Eso es lo bonito del libro”.
Por supuesto, este académico y docente también tiene un gran talento como escritor. Ya suma 7 obras de su autoría; el primero fue ‘Cavilaciones sobre la felicidad’ de Ediciones Paulinas, publicado en 1996.
Actualmente tiene dos libros ‘en remojo’, uno de los cuales trata sobre Jesús, su “maestro espiritual”.
Su relación con los libros
¿Raya los libros?
Sí, por eso los libros digitales los disfruto menos, porque la acariciadita, la rayada, la anotación en los márgenes… eso falta. También me gusta firmarlos.
¿Pide autógrafos?
A veces, y además cuando alguien me regala un libro, yo le digo: ‘¿Me los bautiza?’, ya sea con autógrafo o dedicatorias.
¿El libro por el que haya pagado mucho o hecho algo inusual?
El libro más costoso que tengo es una edición de lujo de los evangelios apócrifos, una edición que sacaron los Jesuitas. Pagué lo que hoy equivaldría a 400 mil pesos, más o menos.
¿Un tema recurrente?
Jesús, tengo 142 libros sobre él.
¿Ha leído todos los ejemplares de su biblioteca?
Aunque no todos los he leído hasta el final, me gusta ‘calar’ todos los libros, hojear hasta tener una idea clara de lo que trata.