Golpe climático
Paola Bernal / Editora Gente de Cabecera
Son muchas las situaciones que evidencian el cambio climático y los efectos nocivos que como seres humanos hemos efectuado en el medio ambiente. Así se vio con la bruma de la semana pasada, y en Medellín ya empezaron a tomar medidas más drásticas como incentivar el uso del transporte público, invitando una vez más a los ciudadanos a dejar el carro en casa, ante el alto índice de contaminación que no solo identifica el medidor sino la misma ciudadanía en su cielo gris.
Y si a esto le sumamos las medidas que han llevado al Estado al alza en el cobro de luz y los posibles cortes de agua, las alarmas se deben encender en nuestra consciencia ambiental.
Escuchamos campañas continuas para decirle no al derroche, como la que publicó hace poco una crema dental en la que aparecía la fotografía de una niña wayúu con una taza de agua sobre su cabeza, simulando el lavamanos para decir: “con el agua que te gastas dejando la llave abierta mientras te cepillas los dientes yo podría vivir dos días”. Puede haber cantidad de mensajes reflexivos pero el trabajo debe ir más allá del Fenómeno de El Niño o de La Niña, sin importar que lleguen las lluvias y se llenen los embalses.
Les comparto algunos ejemplos que han puesto en marcha en otros países; en Copenhague se están aprovechando las terrazas como espacios para la vegetación; en Alemania, en el barrio de Friburgo se están adaptando paneles solares en los edificios, ya que estos generan cuatro veces más energía de las que consumen, y en París están aumentando los espacios públicos en torno al río Sena. Usted puede empezar con algo tan sencillo como evitar los vasos plásticos para el café. Inténtelo.