El artista de la ‘ilusión’ por un mundo mejor
Diana Lucía Díaz Patiño / GENTE DE CABECERA
Hacía solo un mes que Oskar estudiaba magia en Bogotá, cuando quiso hacer su debut. Aunque su maestro no se opuso, le advirtió que era muy posible que su acto fracasara.
“Le dije que asumía el riesgo. Hice mi debut el 26 de marzo de 1996”.
Este debut ‘acelerado’ fue todo un éxito y le abrió las puertas para trabajar como mago en la misma escuela, logrando así pagar sus estudios que en cierto punto se vieron truncados por dificultades económicas.
Un show especial
Pero la magia no estuvo siempre entre sus planes. Era el periodismo lo que cautivaba su atención; sin embargo, fue un sueño inalcanzable en ese momento por los altos costos.
Y aunque varios años después pudo estudiarlo, se dio cuenta de que era la magia lo que amaba y que él ya era un comunicador.
Eso lo confirman sus espectáculos, pues más allá de entretener, Oskar busca “que la gente reflexione sobre realidades de la vida y del país”.
Entre sus espectáculos más recordados está haberse sepultado más de 67 horas, como un llamado para que cesaran los secuestros; o permanecer de pie a 17 m de altura por 80 horas, como mensaje para que la gente no se desesperara en las dificultades.
“Uno a veces cree que eso no impacta… pero días después en las calles la gente me reconocía, me decían que tenían un familiar secuestrado o que eran desplazados, y me agradecían por el apoyo y por recordarle a la sociedad lo que estaba pasando”.
El artista, hoy radicado en Bucaramanga, nos contó que para este año organiza un festival de magia y un acto de escapismo (que incluye un helicóptero).