Discusión en conjunto por un encerramiento
María Parra / Periodista del Barrio
Hace aproximadamente un mes la administradora del conjunto residencial Serrezuela II cerró con palos de madera y troncos podridos el acceso principal a una zona verde donde diariamente las mascotas de los residentes del conjunto y de conjuntos cercanos jugaban y socializaban libremente sin ningún peligro.
Días después de que esta entrada fuera cerrada, empezamos a acceder por una entrada más pequeña en la parte superior, la cual también fue cerrada.
Este era el único espacio donde podíamos soltar a nuestras mascotas sin que corrieran ningún peligro debido a que el estar rodeada de ‘sunglia’ impide que nuestros perritos salgan corriendo y crucen la peligrosa calle del frente.
Hoy en día gracias al invento de nuestra administradora y tal vez de algunos residentes del conjunto, tenemos que pasear a nuestros perros por las calles y lugares cercanos que no son solo un peligro para nosotros los dueños de las mascotas debido a la inseguridad del sector, en especial en el Intercambiador de Neomundo, sino también para nuestras mascotas que desde hace más de un mes no han podido jugar libre y tranquilamente con sus amiguitos perrunos vecinos.
Una de las razones que nuestra administradora manda a dar con los celadores del conjunto es que los dueños no recogen los excrementos de sus mascotas, cosa que me parece terrible ya que cada dueño debe hacerse responsable como mínimo de recoger el popó de su propia mascota en la calle.
Pero no me parece una razón justa ni valedera, ya que antes de cerrar el pasto la administradora debió realizar campañas o charlas con los propietarios de mascotas, para concientizarlos acerca de las normas y reglas que debemos cumplir.
Nuestras mascotas también tienen derechos que debemos respetarles.
Nota de la Redacción
Gente le preguntó al abogado Ramiro Serrano Serrano sobre el caso en particular y el profesional respondió:
La administradora estaría violando las siguientes normas: primero, obstaculizando el uso de una zona común, es decir violando el derecho a la propiedad establecido en la Constitución Nacional, y segundo, al libre desarrollo de la personalidad en el ejercicio de poder tener una mascota. Es necesario aclarar que hoy las normas protegen el derecho a tener mascotas en las copropiedades y el poder hacer uso de las áreas comunes para el ejercicio de ese derecho.
La recomendación del profesional, solicitar por derecho de petición la razón por la cual se están obstaculizando dichas áreas y en caso tal se puede utilizar la tutela para proteger dichos derechos.