Contaminación acústica insoportable
Santos Ramírez
Periodista del Barrio
Un llamado respetuoso y cordial a las diferentes autoridades para que se realice un control efectivo sobre la continua y permanente violación de las normas legales que reglamentan las emisiones de ruido al medio ambiente.
Los establecimientos de comercio utilizan potentes equipos de sonido, ubicados en frente de sus locales, para divulgar sus propagandas así como música a altísimo volumen, afectando severamente a sus funcionarios, clientes, transeúntes y especialmente a sus vecinos sometidos a extensas jornadas de contaminación acústica sin control de nadie.
Se ve en la avenida La Rosita con avenida González Valencia, en la calle 36 con carrera 27 y en la carrera 33 con calle 48.
Como si esto fuera poco, múltiples establecimientos públicos nocturnos por fuera del plan de ordenamiento territorial de la ciudad, como los que operan en el parque Las Palmas o en el sector mal llamado ‘cuadra picha’, parecen estar por encima de la ley pues no sufren control alguno por parte de las autoridades encargadas de este importante tema.
Muy frecuentemente se ve en los medios de comunicación a los directores de las autoridades ambientales enfrentados por los jugosos presupuestos que estas entidades manejan, contrastando contundentemente con el ejercicio de sus funciones a la hora de controlar el grave daño ambiental que se le causa a la comunidad, con la omisión absoluta del control, debido a las emisiones acústicas completamente ilegales al medio ambiente de la ciudad.
El título de la ciudad más cordial de Colombia, por el que conocimos a nuestra querida Bucaramanga por muchos años, está eclipsado por el estrés de la contaminación ambiental que causa el ruido generado por comerciantes sin escrúpulos, patrocinado por el letargo colectivo que se apoderó de las diferentes autoridades encargadas de controlar la contaminación ambiental.