Talentos que marcan la diferencia
A diario llegan a nuestros correos propuestas de personas que desde sus esfuerzos han logrado éxitos en el mercado.
Diseñadores, médicos, odontólogos, comerciantes y cantantes son algunas de las facetas de quiene nos escriben queriendo ser parte de nuestras páginas.
Pensando en ese espíritu innovador y emprendedor, Gente de Cabecera les abre un espacio para dar a conocer sus historias e ideas. Aquí algunas:
Lo suyo son los retazos
María Lucía Ramírez ha desarrollado la técnica: tela-porcelana.
La idea surgió a partir del uso creativo e innovador de los retazos que sobraban después de los cortes en las fábricas de confección de ropa infantil.
Durante tres años realizó múltiples pruebas para que cuando decorara un objeto con tela, quedara con brillo y no modificara su diseño inicial.
“Cada pieza que decoro con esta técnica es única, su proceso lleva al menos 20 telas diferentes, las piezas las recorto a pulso, sin moldes, y las acomodo estratégicamente para que logren un bonito efecto al final del proceso. He logrado desarrollar una línea de alcancías las cuales son muy llamativas y apreciadas por mis clientes gracias a esta técnica. Por estos días trabajo con la tela-porcelana aplicada en marcos de cuadros, mesas, sillas, piedras, entre otros”, explicó la exalumna del Colegio Nuestra Señora del Pilar.
Esta labor la ha podido compartir con jóvenes de las diferentes comunas de Bucaramanga, pues pertenece al programa de Capacitación Juvenil liderado por el Inderbu.
Además es tallerista de manualidades y en cada clase desarrolla proyectos que incluyen manejo adecuado del tiempo libre, uso de materia prima recuperada y manejo de técnicas artesanales básicas.
“Me esfuerzo en cada clase por trasmitir a los chicos todos los beneficios personales y sociales que se obtienen cuando se construyen objetos útiles a partir de materiales sencillos y de fácil acceso. Mi mayor logro es verlos orgullosos con sus proyectos finalizados. Con el trabajo artesanal su autoestima se fortalece, se valoran más a sí mismos y a su vez el trabajo de las otras personas. También tengo un grupo excepcional de alumnas de más de 70 años. Mis clases de patchwork-trabajo con retazos se han convertido en su terapia ocupacional y su tarea diaria”, expresó.
Su creatividad está en la pedrería
Pilar Salcedo es una periodista que encontró en la pedrería, los collares, aretes y manillas, una forma de pagar su universidad en un comienzo, y como una forma de vida después.
Cuenta esta joven emprendedora que una vez se graduó del colegio quiso trabajar en la temporada de vacaciones con el fin de ahorrar para comenzar su carrera profesional.
Así, se vinculó a la franquicia de accesorios que Carolina Cruz había establecido en un local del centro comercial La Quinta en Cabecera.
Allí trabajó casi un año donde pudo adquirir conocimientos sobre moda y accesorios; además le permitió conocer a diversas personas que se convirtieron con el tiempo en sus primeros contactos.
Con el dinero que pudo ahorrar se inscribió en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, donde empezó a estudiar periodismo, pero el bichito del negocio y los accesorios le seguía rondando su cabeza, además que cada fin de semestre debía reunir el dinero del siguiente.
De esta forma, y con la ayuda de la cuñada de un tío que tenía una empresa de piedras preciosas en Miami comenzó a arreglar algunas prendas dañadas que le llevaban, a crear sus propias piezas y a aprender día a día.
A la par con su afición trabajó en una exposición de arte y en un laboratorio, ya que su incipiente negocio no daba para la matrícula. Un día se lanzó al mundo del negocio con sus creaciones, mirando tendencias y analizando mercados.
Comenzó haciendo piezas para sus compañeras de clase y profesoras pero poco a poco las ventas le fueron dando no solo para la inscripción del semestre sino para el transporte y la comida, lo que la fue llenando de entusiasmo con lo que hacía en horario extracurricular.
En vacaciones Pilar redoblaba sus esfuerzos y logró sacar adelante su carrera, terminando no solo con honores por sus notas sino con la experiencia para montar su propio negocio. De esta forma nació Ópalo, una microempresa que hoy les da trabajo a cuatro personas y que quiere abrirse espacio en el mercado local e internacional. Actualmente sus accesorios se venden en almacenes de Cabecera.