“Están acabando a nuestras mascotas”
Gladys Ardila / Periodista del Barrio
Quiero exponer la indignación generalizada de nuestro barrio El Prado, por las frecuentes prácticas inhumanas y crueles de envenenamiento de animales domésticos (gatos y perros) que está ocurriendo en los últimos meses.
Son varios los casos en los que aquellos cuadrúpedos miembros de nuestras familias han sufrido los daños y hasta la agonizante muerte que les generan los venenos organo-fosforados y que se convierten en un inmenso dolor para quienes los vemos sufrir y partir prematuramente.
Es claro que el rigor en las penas asociadas al asesinato y maltrato animal son supremamente laxas y los mecanismos de prevención ineficaces (Ver, Ley 84 de 1989), pero sus secuelas pueden ser igualmente dolorosas al ver cómo sus vidas se desvanecen en nuestras manos impotentes, y peor aún, si son los niños lo que tienen que presenciar su agónica e inútil lucha con el más allá, ya que este tipo de experiencias pueden generar traumas, odios o resentimientos, que únicamente envilecen nuestra ya decadente sociedad moderna.
Estos casos se han presentado, principalmente, en la calle 34 con carrera 33 y carrera 36 donde se encuentra también un lote vacío.
En este sitio la comunidad tiene disponible una bolsa grande para colocar los desechos de los animales, la cual es recogida por el servicio de aseo de la ciudad, regularmente. De esta manera, el lote además de la calle, se mantienen limpios y los ciudadanos con animales cumplen con su deber.
Ahora, personas inescrupulosas actúan de manera agresiva contra los amos y a su vez atentan contra la vida de los animales que hacen sus necesidades en estas zonas del barrio. Es indignante que existan personas con este tipo de sentimientos hacia los animales y hasta con las personas que los defienden.
Una mascota es un animal que siente, que sufre, que sobrevive y vive al igual que nosotros los humanos con necesidades básicas: alimento, abrigo, salud, cariño.
De modo que no sólo los que tomamos la decisión de volverlos parte de nuestras familias y que les proporcionamos esas necesidades debemos considerarlos como parte de nuestra sociedad.
Por esto es importante que se genere una cultura de armonía con nuestro medio y con las otras especies animales con quienes compartimos nuestro espacio (hábitat).
Deben crearse mecanismos efectivos que generen conciencia en nuestras nuevas generaciones que serán el futuro del comportamiento humano social, y por el cual nosotros los adultos somos los plenos responsables. Si les enseñamos la indolencia hacia el maltrato animal, eventualmente serán los indolentes que muchos adultos hoy en día manifiestan.
Es por esto que es necesario que este tipo de conductas delictivas sean atacadas por las autoridades a través de medios penales e igualmente con campañas educativas contra el maltrato animal. Que estas personas respondan por estos actos que perturban el bienestar familiar de las personas con animales.
Igualmente es muy importante darle a conocer a los vecinos del barrio sobre los acontecimientos para que puedan cuidar a los animales, no dejar que coman cosas del piso, no dejarlos salir solos y siempre recoger sus necesidades. Esto, para evitar este tipo de situaciones tan dolorosas.
Así los invito a que no nos dejemos contagiar de la indolencia, por los diversos motivos, y actuemos y nos manifestemos para que las diferentes acciones de maltrato contra los animales puedan dar un paso en la dirección correcta de la justicia, la protección y el cariño.