Ejemplo
Por Paola Bernal, editora Gente de Cabecera ([email protected])
De ejemplar, de mostrar. Que se imite. Que se siga si es bueno y es honesto. Que se evite, si es malo.
Así se define la palabra ejemplo. Y con esa explicación quiero citar algunos casos.
Calles cerradas. Con cintas a extremo y extremo. ¿Permisos?
A pesar de la congestión vehicular de los fines de semana por la ausencia de Pico y Placa, uno que otro candidato viene cerrando las vías.
Tarimas, bafles, micrófonos, para muchos lo mismo de siempre, y después, que llegue el cantante a sorprender a los “guapachosos” votantes que irán a las urnas este 25 de octubre, motivados por el espectáculo musical y la contaminación auditiva.
Algunos ciudadanos ya se vienen quejando en las redes sociales. Y es que tal parece que ningún lugar se salva. No solo físico sino virtual. Páginas web con contenidos alejados de la política decoran los ‘banners’ con los rostros de los candidatos. Una canción en youtube y a saltar el anuncio.
Pero eso no es todo. Qué decir de algunos políticos que han infringido las normas con sus vallas políticas, sin permisos del ente regulador, y qué decir de los que sin pena ni gloria deciden tapar los murales urbanos para poner en grande sus partidos políticos y números. ¿En dónde queda el respeto por el otro y por las normas a seguir?
Y peor aún, los que suben los carros a los andenes, cerca de sus sedes políticas, olvidándose de ese peatón, que al final es el mismo ciudadano que depositará la confianza en un programa de gobierno que gire su mirada hacia el civismo.
Al final, como dice la Real Academia Española, usted decide: si lo anteriormente citado lo califica de bueno, lo sigue. Si es malo, no le da el voto.