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44 años de hermosas experiencias

El respeto y el orden son cualidades primordiales en el hogar de Alberto Montoya Puyana y Martha Muñoz de Montoya

El respeto y el orden son cualidades primordiales en el hogar de Alberto Montoya Puyana y Martha Muñoz de Montoya

El 23 de enero de 2016 Alberto Montoya Puyana y Martha Muñoz de Montoya cumplirán 45 años de matrimonio.

“Son bastantes, son como cinco minutos bajo el agua”, dice riéndose quien fuera elegido en 1989 como el Alcalde del Año, en Colombia.

Sin embargo él cree que la que mejor memoria tiene en estos asuntos es su esposa, quien cuenta cómo surgió este idilio que hoy sigue latente.

“Nosotros no tenemos un día específico en el que nos hayamos conocido, como muchas otras parejas, porque las familias de los dos se conocían de hacía mucho tiempo. Yo salía con los hermanos menores de Alberto y él era amigo de mi hermano mayor. Nunca tuvimos vínculos”, mencionó.

Sin embargo el ‘flechazo’ llegó cuando ella llegó a la Universidad Javeriana, donde él estaba cursando su último año de arquitectura.

Como estaban en la misma facultad se veían seguido y la invitó a salir. Y repitiendo salidas a corridas de toros fue surgiendo la relación.

“Mi hermano Enrique me decía que eso no era normal, que había algo más. Y yo le decía: yo lo veo como un hermano. Ahora recuerdo que cuando les conté que nos casábamos me dijo: “¡ajá! el hermano en qué terminó…”, narró ella.

A él le encantó la forma de ser de Martha: especial, delicada y muy suave en la manera de tratarlo, de conversar, muy cariñosa.

“Es como la sumatoria de unas cualidades que me gustaron y me llevaron al convencimiento de que era por ahí…”, ratificó Alberto.

Cuando se graduó como arquitecto, el hombre que más adelante tendría una brillante carrera política, se fue a vivir a Tunja, donde tuvo su primer trabajo.

Viajaba seguido a Bogotá para compartir tiempo con su novia y coincidió que tenía dos amigos que como él tenían sus amores viviendo en el mismo sitio, en una residencia dirigida por monjas.

Una noche decidieron darles serenata. Primero Alberto le dedicó canciones a Martha, terminó la serenata, le daban una vuelta a la manzana y regresaban a darle serenata a la novia de su amigo, y así hasta completar tres serenatas. Al final fueron cuatro las serenatas, pues la última la hicieron entre los tres para las tres damas.

Eso hizo que se ganara el cariño de las monjas, quienes hacían la excepción con Martha y le daban permiso para salir, con más tiempo que al resto de sus compañeras.

“El permiso era hasta las 11:00 p.m. pero ellas me daban permiso hasta las 12:00 a.m. a escondidas, sin que las demás supieran de esas preferencias. Salíamos a discotecas porque aquí mis papás no me dejaban ir aquí en Bucaramanga a esos sitios”, recuerda.

En el año y nueve meses que tuvieron de noviazgo, Martha recuerda con exactitud que fueron 42 las serenatas de mariachis y tríos las que Alberto le ofreció.

De esas noches surgió la predilección por una canción que los dos recuerdan con cariño: ‘Novia mía’.

Hasta que llegó el día en que decidieron casarse, él tenía 26 años y ella 21.

“Cuando Alberto les contó a mis papás, mi mamá dijo: con una mano el diploma y con la otra se la entrego, pero mientras no se haya graduado no hay peligro de que la deje casar. Y yo dije ¡pues muy fácil! yo estudiaba arquitectura y me pasé a dibujo arquitectónico, solo un año más y terminaba pronto. Me gradué el 18 de diciembre y me casé el 23 de enero en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús… como dijo mi mamá, con el diploma en la mano”, narró.

No tuvieron luna de miel. El día que pretendían hacerlo Martha se enfermó y tuvieron que devolverse y cuando se mejoró arrancaron de nuevo, pero ese día falleció el papá de Alberto.

“Cada rato me decía: como no tuvimos luna de miel vámonos a viajar a tal lado y al otro, y al otro… ¿ya llevamos cuántas lunas de miel?”, interrumpió el esposo.

Los hijos

Los esposos junto a sus hijos y sus parejas.

Los esposos junto a sus hijos y sus parejas.

Diez meses después de la boda llegó su primer hijo: Juan Felipe.

A los dos años llegó Sofía Cristina y luego, por cuestiones del trabajo político de Alberto decidieron postergar su tercer hijo, que sería Juliana, quien nació siete años después.

‘Su fórmula’

Como toda pareja que permanece unida por mucho tiempo, los Montoya Muñoz nos contaron cuál ha sido su fórmula.

“Yo creo que un manejo muy sincero de la relación. Ha sido todo muy transparente. ¿Garroteras? ¡claro, por supuesto! pero con el propósito de que esos inconvenientes se puedan solucionar. Indudablemente hay encontrones pero no nos faltamos al respeto por ningún motivo”, dice él.

Martha por su parte trajo a colación a su suegra, doña Leonor Puyana, quien antes de casarse le dio un consejo: “Respeto. Nunca vayas a decir nada que hiera a la otra persona y que después te arrepientas de haberlo dicho. Amor y respeto siempre”.

Ellos creen que una razón por la cual muchos matrimonios “tristemente” se terminan hoy en día, es por la falta de compromiso.

“Entran a mirar esa relación mutua con una baja dosis de compromiso respecto a que eso pueda llegar a ser duradero. A mí me da mucha tristeza ver cualquier cantidad de matrimonios que dicen: ya no más y que con los hijos miran a ver qué hacen. Uno se casaba con el convencimiento de que el matrimonio era para toda la vida. Hoy en día dicen: bueno, si no funcionó no importa, nos separamos y no pasa nada”, dijeron.

Por eso agradecen a Dios tener siempre presente el ejemplo de sus padres, pues los dos crecieron en medio de hogares y parejas muy estables.

Después de tantos años juntos, Alberto y Martha viven solos en su casa, acompañados de su mascota Brownie.

Aunque por cuestiones de tiempo y distancias en el trabajo no comparten el almuerzo, se esfuerzan por sentarse a la mesa juntos en el desayuno y la cena; ven televisión los dos, charlan de sus vivencias diarias y viajan con mucha frecuencia, experiencia que han compartido durante varios años y que alimenta ese amor que hoy los mantiene como un gran ejemplo de pareja.

En cifras

42

serenatas le dio Alberto a Martha cuando eran novios.