Ser auténtico
Por Camilo Umaña – Médico psiquiatra y humanista
Ser auténtico es el camino de un reconocimiento personal.
Yo soy quien me doy cuenta en el camino de la vida qué zapatos uso y para qué me sirven. No basta el caminar…también cuenta el piso que deseo andar.
La vida se parece a esta comparación. Cuántas veces somos ciegos ante nuestras realidades y actuamos con nuestras propias razones de manera arbitraria.
Frecuentemente ocultamos nuestra manera de ser y creemos que somos una persona que en el fondo no existe; nos convertimos en puras apariencias.
Está la hipocresía del que pasa por encima de todos los demás, razonando que todo valor es relativo y con una moral permisiva que arrasa todos a su alrededor sin importar nada; la ley de la selva, así, el más poderoso “será el rey”.
Por nuestra voluntad es que actuamos, nuestra inteligencia es el faro que dice lo que hacemos y “para qué lo hacemos”. Nuestra conciencia no nos miente y razona qué tan bien hemos actuado de acuerdo al fin que perseguimos, sea bueno o sea malo.
Ser auténtico es vivir en una realidad en donde nos manifestamos tal y como somos y nos mostramos tal y como realmente nos comportamos.
No significa ser bueno, es no decirnos mentiras a nosotros mismos y no permitir que los demás tengan una imagen nuestra que no es.
La autenticidad de nuestros valores y principios son variados por nuestras pasiones, convirtiéndonos en héroes o villanos con comportamientos dañinos para las personas o el medio que nos rodea.
La autenticidad humana es algo que se logra con el esfuerzo de buscar ser el poseedor de la transparencia, la verdad, la bondad y las bellas actuaciones humanas.
El malo también es auténtico dentro de su maldad y es congruente con su misma manera de pensar; el bueno se conduele y reza por el cambio.