A valorar las obras de arte del sector
¿Se ha dado cuenta que en la acera de la iglesia de San Pío, llegando a la calle 45 hay una escultura? ¿Ha visto la obra colgante del puente peatonal de la Unab, sobre la avenida El Jardín?
¿Sabe cómo se llaman las obras ubicadas en la glorieta de Terrazas, en el parque Las Palmas o en el andén de la calle 36 con carrera 27 junto al edificio Sura?
Si no lo sabe es porque tal vez usted hacer parte del grupo de ciudadanos que poco se fijan en los elementos artísticos que hacen parte del mobiliario urbano de Bucaramanga.
Tal vez no tiene la culpa, pues como dicen muchos tuiteros hoy, es quizás el resultado de la falta de inversión en campañas gubernamentales que promuevan la importancia de estas obras en colegios, en las calles y hasta en el hogar.
Para recordar un poco las obras que están a su alrededor y que quizá no ha apreciado, Gente les presenta un resumen de las más olvidadas e ignoradas en el sector, así como su significado.
¿Cómo lograr esa sinergia entre arte y ciudad?
Gente habló con algunos artistas de la ciudad, para preguntarles de qué forma se puede lograr ese acercamiento con el entorno, de qué forma al ciudadano común le interesaría una escultura en el parque, o de qué forma se acercaría con más interés o simple inquietud a una sala de exposición de arte.
“Nuestra ciudad ha estado muy empobrecida en el arte público y con bajas y mínimas inversiones. Con la excepción de la gorda de Botero, han existido grandes artistas santandereanos como Ramírez Villamizar (Pamplonés) y la escultura que tenemos para nuestro gozo en la carrera 27 esquina con calle 36, que es un exotiquismo; la del payanés Negret en el parque Galán está destruida, pero nuevas inversiones en arte público no hay y con contenido santandereano solo parece la de la hormiga que es una intervención a un símbolo local y que está en proceso.
La gorda de Botero como es figurativa tiene más adeptos porque “la entienden”.
Se debe lograr un lugar en donde se vean diversas esculturas (un jardín de esculturas como lo tienen múltiples y grandes ciudades del mundo),y en donde se concentren diversas expresiones artísticas y tendencias. A través de la escultura se lograría sensibilizar “al de a pie” para gozar y opinar de ellas.
La ciudad es un tema que siempre ha ocupado a los artistas arte, la ciudad como texto y como contexto, como tema de discusión y como objeto de transformación, el artista imagina y recrea.
En una sociedad en la que el espacio público pertenece a los automóviles particulares, a los políticos y a la policía, y lo demás es espacio privado, es necesario primero reconocer por parte de toda la sociedad la importancia de vincular procesos y espacios de reflexión, de proyectos de creación y transformación, necesariamente críticos, que desde el arte y lo público contribuyen a pensar en una ciudad nueva y en una sociedad más incluyente que participe de esos cambios.
Es necesario también que los artistas trabajen preparándose bien para responder a los retos y a las oportunidades que se ofrecen como alternativa de arte público con gran responsabilidad y alta significación.
Es necesario también por parte de todos percibir la posible cercanía entre el arte y la ciencia, el arte y la técnica, el arte y la ingeniería, el arte y la vida, procesos ejemplificantes entre los promotores y los artistas de las ciudades más democráticas, progresivas, alegres y vivas del mundo contemporáneo.
El afecto por la ciudad es algo que se reclama a viva voz – son pocos los ciudadanos nuestros que están educados para las manifestaciones artísticas, la cultura por el diálogo en las artes como en tantas ciudades es esporádico, pero cuando se da es una maravilla.
El relacionar al vecino del vecino con el embellecimiento de su entorno seguramente debe partir de un ejemplo y de una actitud de cada uno. La esculturas públicas de la 27 – la gorda del maestro Botero -son patrimonios de la ciudad.
Lamentablemente aquí son olvido desde donde se le mire. Todas estas obras son parte de entorno y del mobiliario urbano, hoy en día bastante abandonado; sin embargo se da esto del Santísimo y ahora las hormigas que sin duda llamarán la atención también.
Aprecio que la ciudad va de menos a más en este sentido por la apertura que se le da a diferentes escenarios de convocatorias en las artes visuales donde los hacedores gráficos y pictóricos pueden participar con sus propuestas al tema dado hormigas – salones regionalesesculturas para corredores viales, etc.
Pueda ser que se llegue a plantear un tipo de acción que lleve a la gente a caminar un poco más la ciudad y hacerla más amable. Desde hace un buen tiempo la apatía que se da por la salas de arte es notoria. El hacerlos partícipes es ya de la logística y del emprendimiento de cada lugar o sede que realiza el evento. La Casa del Libro total sobresale en este sentido.
Intervenciones artísticas en el mundo
Cómics como las de Enriqueta en las estaciones del metro en la estación Pasteur, o algunas alcantarillas pintadas por artistas brasileros hacen parte de la lista de intervenciones a destacar en cuestión de arte público.
También está el trabajo del canadiense Roadsworth, quien interviene cebras y parques, o el colectivo mexicano Dérive Lab, que ya llegó a Colombia y que avanza en su trabajo “cebras para la vida”.
Quisimos destacar también el trabajo del colectivo madrileno Boamistura, que ha intervenido paredes grises en Madrid, con frases como “Madrid, te quiero en colores”. Ellos hacen de las paredes los mejores lienzos para poner a pensar a los transeúntes, cambiando palabras como crisis o corrupción por alegría o inspiración. Eso también es una forma de darle sentido de pertenencia al ciudadano con su entorno y con los artistas.
Gente presenta en imágenes algunas de las intervenciones y lo invita a repensar el arte. ¿Le interesaría ver este tipo de arte público?