¿Mala educación ciudadana o mal ejemplo?
Camilo Umaña- Médico psiquiatra y humanista
Cuando salimos de casa y observamos el comportamiento ciudadano, seguramente algunas conductas nos gustarán y las aplaudiremos; otras desafortunadamente las criticaremos por considerarlas inapropiadas.
Haremos un listado de aquellas que nos fastidian: mal uso de los andenes, ruidos fastidiosos incluyendo colgarse del pito en los vehículos que manejamos, lanzar basura en la calle, colarse en las fila, por dar unos ejemplos.
Al recordar “cómo nos educaron en casa” tendremos presentes las frases de nuestros progenitores, buscando formarnos como ciudadanos de bien.
Hay que reconocer que algunas veces hicimos caso y otras no, pero siempre había una vocecita interna que nos decía: “¡Actuaste mal, ojo!”.
Cuando recordamos al profesor Antanas Mockus y su trascendental paso por la Alcaldía de Bogotá, en donde realizó la pedagogía del buen ciudadano, nos asombramos de observar a los famosos bogotanos, “antes desorganizados”, convertidos en excelentes ciudadanos.
Era un gusto salir a disfrutar sus calles para quienes tuvimos la experiencia de ir a Bogotá en dichas épocas, luego de haber vivido en la capital en tiempos pretéritos académicos.
Hoy en día todo ello se perdió.
Ahora bien, cuando observamos en la “Bucaramanga bella” de Breton los comportamientos ciudadanos inadecuados, qué debemos pensar:
Me surgen varios interrogantes: ¿No nos educaron bien en nuestras casa? ¿La visión que tenemos de nuestros padres gobernantes es la de ser personas que hacen y pasan por encima de todos? ¿Hago lo que quiero y nada pasará si me porto de cualquier manera? ¿Creemos que tenemos derecho a portarnos mal en la calle, porque en nuestras casa nos portamos igual o porque así nos enseñaron nuestros padres?