Lucas Céspedes, un apasionado por el tiple
A sus 68 años Lucas Céspedes Ayala se siente orgulloso de lo que hizo por su vida y de lo que día a día emprende por cumplir sus sueños: ser un gran músico.
Dedicó gran parte de su vida a la docencia, 35 años. Fue profesor en colegios de Bogotá, Suaita-su tierra natal-, en el Instituto Tecnológico Salesiano Eloy Valenzuela, en el Instituto Caldas y en el Colegio Cooprofesores.
Allí puso en práctica sus conocimientos como licenciado en Filosofía de la Universidad de San Buenaventura, y como especialista en Democracia y Desarrollo Social, de la Universidad de Pamplona.
Sin embargo hubo algo más que lo cautivó desde niño; heredó de su padre el gusto por un instrumento musical propio de la cultura santandereana: el tiple.
“La música me ha ayudado para esta parte de mi vida, la jubilación. Me hace sentir útil y muy feliz. Ahora tiene uno más tiempo para hacer lo que más le gusta. Aunque la educación también estuvo entre mis pasiones, ya no hay la premura del horario diario del colegio y ahora disfruto más”, dice sobre su etapa como pensionado que estrenó hace diez años.
Su primer encuentro con el tiple ‘serio’ fue en el colegio, pese a que su padre tenía un tiple en casa.
“Uno lo veía en lo alto, lejos de ser tocado por las manos de los niños. Mi papá tenía un grupo musical y yo los escuchaba así como hacía lo mismo con el dueto Ibarra y Medina, antes de Garzón y Collazos. Eso fue creando el ambiente y se dio la posibilidad. En esas conocí a José Luis Martínez Vesga, que es sobrino de los Hermanos Martínez, toda una ascendencia musical. Él tenía 12 años y yo 15, pero él interpretaba muy bien el tiple. Le dije que me enseñara y lo hizo. Era el maestro que necesitaba para que me entusiasmara”.
Ante el entusiasmo de Céspedes, su padre le regaló su primer tiple, que compró en Bucaramanga, porque en San Gil donde estudiaba en ese entonces, no había un sitio donde los vendieran.
Y así continuó su camino musical, pero ahora como autodidacta, hasta hoy, cuando ya ha grabado cinco producciones musicales: ‘Un tiple en serenata’, ‘El tiple de mi tierra’, ‘Colombia en tiple’, ‘Un tiple de colección’ y ‘Mi tiple melódico’.
“Antes de grabar el primero tenía algunos bambucos que compuse en Suaita, en los colegios donde trabajé. Un día un amigo me dijo: ¿por qué no incluye dos temas suyos, que los interprete usted? No había pasado por mi mente esto de grabar. Le comenté a don Guillermo Rodríguez, del Almacén Leo y me dijo ¡láncese a hacer su primer disco! Me animó y así salió ‘Un tiple en serenata’, mi primer hijo. Dicen que cuando uno da el primer paso hacia una meta ha dado el 99% de los pasos y dije: puedo seguir dando más”, comentó.
Su vida es tranquila y feliz porque dice que disfruta cada día como si fuera el último.
“A eso vinimos a este mundo, a ser felices y a buscar que los demás sean felices. Deseo que la dulzura del tiple nos ayude a alcanzar el anhelado jardín de la felicidad. Quiero que la música, el tiple y todo el arte, sean testimonio de paz y esperanza”, puntualizó el tiplista Lucas Céspedes Ayala.