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Columnistas

Serenidad al manejar

Gilberto Camargo Amorocho

Por Gilberto Camargo Amorocho – Arquitecto y esp. en Educación ambiental

Estoy sorprendido con la cantidad de accidentes que hay en nuestra ciudad por hora y siempre tienen de coprotagonista una moto.

Mi padre Nicolás siempre decía: “cuando te accidentes, por más que creas que te golpearon, hay en la víctima también culpa”. Creo que tiene razón. Manejamos olvidándonos que hay otros haciendo lo mismo, nos volvemos dueños de la vía y no es así. Manejar en Bucaramanga y su área metropolitana se está convirtiendo en una actividad muy delicada y en profesión milimétrica. Pareciera ser como una cirugía de corazón abierto.

Los automóviles van muy pegados, los pocos espacios los rellenan las motos y los contactos son muy usuales. La gran causa, la guerra entre los osados de 2 ruedas que se creen que caben por todas partes, apareciendo por donde menos se cree y el incumplimiento de las normas sobre distancia, tolerancia y velocidad por parte de los responsables de los móviles de 4 llantas.

A esto se le agrega la angustia de llegar tarde o la desarmonía que producen los trancones y el hacinamiento. Acá admiro el papel que cumplen las direcciones de tránsito de dicha área en tratar de armonizar una movilidad, cuando un gran enemigo de su buena gestión, son actitudes que se salen de sus manos.

Nuestra concentración de vehículos en vías limitadas e históricas nos obliga a conducir con paciencia y serenidad, a saber digerir las presiones y a comprender un poco las limitantes de un plan vial. Si al manejar el ciudadano no aporta, así es difícil lograr parte de las metas. A esto se agrega la aprobación de proyectos de alta densidad en sectores diseñados vialmente para una presencia por m2 de menos predios y menos habitantes. Las vías de esos barrios viejos en renovación son las mismas desde hace medio siglo, ahora el caos es a toda hora.

La movilidad es una consecuencia de la planeación y visión que tenemos. Si la ciudad se desarrolla y crece, sus componentes por lógica igual. No es bien creer que Bucaramanga se debe repensar fragmentada. La cultura de lo urbano es complejo, pero es una obligación aprenderla y saber aplicarla.