Causa y efecto
Paola Bernal ([email protected]), editora de Gente de Cabecera
La ley de la causa y el efecto debe estar clara en nuestro actuar.
Para que existan los vendedores ambulantes se necesitan compradores, para que exista el transporte pirata hay quien lo use, para que exista el soborno hay quien ofrezca dinero por evitar una sanción. Y para que exista la invasión del espacio público hay uno que empiece estacionando mal.
Claro que se requiere control de las autoridades; las leyes deben existir para que sean respetadas. Son necesarias para dar orden a las ciudades. Pero usted también es parte clave en ese proceso de transformación.
Y lo mismo ocurre con la acción, que de inmediato genera una reacción. Si cierro a otro en la vía le genero una gran molestia al volante; si no respeto la fila en el banco porque voy buscando un amigo más adelante me expongo a los malos tratos y genero un pésimo ambiente en el lugar, si no llego puntual a una cita estoy propiciando la cultura de la impuntualidad, si comparto un rumor estoy generando un chisme, o si llego a un evento tarde y acudo a las ínfulas de poder o al tráfico de influencias para ingresar, todo eso está desmejorando la convivencia y el civismo.
Y ni hablar de los que siguen contestando el celular en las entidades bancarias, a pesar de las reiteradas campañas. Recuerde que usted también puede ser víctima cuando permite que otros contesten el teléfono.
Todo parte de la toma de conciencia respecto a un mejor lugar para vivir. El discurso debe ir a la práctica cuanto antes, y dejar de ser solo letra muerta y reflexiones vagas en las redes sociales.