Convivir, bienvivir
Por Paola Bernal, editora Gente de Cabecera ([email protected])
Hace pocas semanas conocimos la noticia de una persona que le disparó a su vecino porque tenía el equipo de sonido a alto volumen, en un barrio de Bucaramanga. Y en Bogotá semanas atrás se registró el caso de un conductor que tuvo una discusión con un peatón, se bajó del vehículo y le disparó a su perro.
Solo basta hacer el ejercicio individual para darnos cuenta cuál es la reacción que tenemos cuando alguien se acerca para hacernos una sugerencia a favor del buen trato o el buen vivir.
¿Cuántas veces ir al volante termina en una competencia peligrosa con otro conductor que quiere cerrarle la vía? ¿No es más fácil dejarlo ir y evitarse un malestar? ¿Para qué exponerse al choque de su vehículo y una mala palabra?
Las grandes preguntas son: ¿Cómo contribuir para que acaben ese tipo de episodios en los que la agresión es la única forma de reaccionar? ¿Cómo actúa usted ante una queja o solicitud?
Permítase escuchar al otro, ya que son muy pocos los que lo hacen por estar a la defensiva, enfocados en saber qué responderle a quien le indica su error.
Que los niveles de agresividad no sigan siendo tema en los diarios. ¿Por qué no darle un vuelco a esa forma de reaccionar y aprender a escuchar, a dejar el egoísmo, a entender que vive con otros?
Y algo aún más importante, a ser el ejemplo. Empiece por saludar o responder el saludo. No hacerlo ya es una actitud agresiva hacia un tercero. Solo inténtelo y acompáñelo de una sonrisa. Eso es convivir, verbo que se deriva de vivir, y que su prefijo nos indica unión. Además es bastante productivo pues puede convertirse perfectamente en “bienvivir”.