La cultura del ‘vivo’ nos tiene muertos
Por Fabio Peña, editor de Gente de Cabecera
Sí, muertos, así nos tiene esa mala costumbre de algunos que se creen más vivos que los demás y que bajo esa premisa les importa un pito saltarse filas, atravesarse en las vías, colarse en el sistema integrado de transporte, robar señal de televisión, etc.
La mal llamada cultura del vivo nos está haciendo daño.
Una prueba de ello está en el sistema de transporte masivo, que con errores y defectos, cumple una función importante. Sin embargo, es objeto de ataques, de daños en su estructura, ¿por parte de quiénes? justamente de quienes no pagan el pasaje.
Es común ver a jóvenes de colegio y más grave aún a mujeres y adultos, pasándose el torniquete y terminando con una sonrisita de placer ocupando el primer lugar en la fila de espera. Y lo más terrible, son los que frenan las puertas del sistema con el pie y luego toman asiento sin sonrojarse.
Pero no son solo ellos los vivos.
¿Qué tal el que en pleno trancón se pasa por un lado prohibido y quiere luego quedar de primero en el semáforo? Normalmente queda atravesado y causa más congestión.
¿Y el que llega de último a la cita y busca meterse en la fila, bien sea de banco, cine, o cualquier evento? No solo llega tarde, interrumpe, sino que quiere el mejor puesto.
A todos esos hay que denunciarlos en público, pitarles, abuchearlos y hacerles ver que acciones como esas no son de vivos, sino de tontos, porque con su accionar solo afectan a los demás y logran un objetivo o una ‘victoria’ tan pequeña que pierden toda grandeza ante los demás.