Muy temprana Navidad
Por: Fabio Peña, editor de Gente de Cabecera
¿Cuál será el afán de algunas personas por que se acabe el año?
Recuerdo cuando niño que disfrutábamos paso a paso cada uno de los meses del año y esperábamos con ansias pero con paciencia a que terminara noviembre para sacar los arreglos navideños, los bombillos de colores, el árbol, las imágenes del infatable burro y las vacas, sin importar que a veces no fueran del mismo tamaño ni del mismo estilo, igual todas iban para el mismo lado.
El 1 de diciembre era el campanazo de la Navidad. Ese día comenzaba un mes que no queríamos que se acabara o que se prolongara hasta mediados de enero.
Pero antes de esa fecha le sacábamos jugo a septiembre, al día del amor y la amistad, a la reunión de amigos, adultos y niños, estudiantes y padres de familia. Todos disfrutábamos de encuentros y reuniones donde se daba un detalle o se jugaba al amigo secreto.
Y ni qué decir de octubre. Esperar el 31 era como esperar la Navidad. Ese día nos hacíamos disfraces y máscaras así fuera de una hoja de cuaderno y un nylon, preparábamos la bolsa para recoger caramelos y al final de la noche contábamos cómo nos había ido.
Ahora no. Apenas terminado agosto ya algunos negocios decidieron saltarse el resto de año y mandarnos de cabeza a la Navidad, quitándole esa magia que tiene la temporada de fin de año.
A diferencia de otros años esta vez Amor y Amistad pasó sin pena ni gloria y lo mismo parece que irá sucendiendo con el Día de las Brujas.
Al paso que vamos en un par de años Navidad será en agosto, o de pronto hasta nos quitan el próximo mundial para renos en vez de balones.