A propósito del día sin moto…
Santos Ramírez Gamboa / Periodista del Barrio
El día sin moto en Bucaramanga permitió establecer la contaminación que estos vehículos causan al medio ambiente. Pero además dejó en evidencia cómo los automotores, especialmente las busetas de servicio público, producen una contaminación sonora sin sentido y supremamente perjudicial no solo para sus conductores sino para todas las personas que estamos expuestas a esa clase de ruido.
Se trata de artefactos colocados en los tubos de escape de los motores, así como en los orificios de alivio del sistema de frenos, que incrementan el ruido natural de esas partes de los carros.
Este ruido que de ninguna manera produce beneficio alguno, incrementa el daño físico y mental de quienes operan los vehículos alterados, que se exponen diariamente a largas jornadas tal vez sin saber el perjuicio que se están ocasionando. Lo tenaz es pensar que con esa clase de alteración sus carros son considerados como mejores a los demás.
Sería muy bueno que las empresas de transporte o las autoridades encargadas de velar por el cuidado del medio ambiente se preocuparan por ilustrar a quienes alteran el ruido de sus carros, sin conocer el grave daño que se causan ellos mismos, o causan a sus empleados cuando los usan para operar sus máquinas.
Pero más prelación aún a la afectación al medio ambiente por el incremento inoficioso pero muy nocivo del ruido producido por los elementos colocados en las terminales ruidosas de sus vehículos.