¿Por qué decayó la cabalgata?
Por Fabio Peña, editor de Gente de Cabecera
El alcalde de Bucaramanga, Luis Francisco Bohórquez, decidió poner a consideración de la comunidad la realización de la cabalgata en la Feria Bonita.
Pero independientemente de si se hace o no este evento, vale la pena analizar ¿qué es lo que está pasando con este tipo de espectáculos? Porque no es solo la cabalgata el problema. No hay sino que mirar lo que pasa con los partidos de fútbol o con el carnaval del oriente o el desfile de autos clásicos. Todos terminan en zafarrancho.
Acabar la cabalgata es ponerle un paño de agua tibia a un problema que tiene más fondo y que tiene que ver con el comportamiento ciudadano, el acatamiento de normas, los buenos modales.
Así como vamos en poco tiempo tendremos que cerrar el estadio, prohibir los conciertos y acabar con todo tipo de manifestaciones públicas.
En el caso que ahora nos atañe vale decir que no se puede achacarle la culpa a una sola persona.
No hay duda que la bajeza en la que ha caido la cabalgata es responsabilidad compartida.
De un recorrido sano y vistoso que se hacía con jinetes debidamente entrenados, se pasó a una horda de borrachos maltratadores de las bestias, exhibicionistas de siliconas, politiqueros disfrazados de ganaderos, traquetos y caos total.
Pero, además, el plan de ver el desfile en familia con niños y ancianos, fue reemplazado por la botella de licor, espuma, agua y harina de los espectadores.
¿Y las autoridades? También tienen su cuota de responsabilidad porque han sido tibias a la hora de aplicar correctivos.
Otro sería el cantar si pensáramos y actuáramos como verdaderos ciudadanos.