Lucy, la voz de McDonald’s
No fue difícil convertirse, en tan poco tiempo, en una de las nuevas estrellas de la canción.
Lucy Ospitia Echeverría lo tenía todo para ganarse el concurso Voice of McDonad’s, que organiza la compañía de comidas rápidas entre sus empleados de todo el planeta.
Tiene una voz inigualable, es disciplinada, responsable, proactiva, inteligente y además tiene un color de piel que resalta la belleza de la mujer colombiana.
Cuenta con el apoyo de sus padres, sus hermanos, sus compañeros de trabajo, de estudio, pero sobre todo cuenta con la luz y fuerza que según ella, Dios le ha dado siempre.
Y como si esta ayuda fuera poca, hoy tiene en su memoria un sinnúmero de enseñanzas y experiencias vividas durante el mes de preparación que Mc Donald’s le dio a ella y a los demás concursantes en Orlando, Estados Unidos.
Le ganó a muchos
Su sueño empezó cuando en su lugar de trabajo, McDonald’s de Cacique Centro Comercial le informaron que estaba abierta la convocatoria para este concurso.
Debía enviar un video en el que mostrara sus habilidades cantando. Luego la llamaron de Bogotá para informarle que había sido semifinalista. Allí compitió con jóvenes de varias ciudades del país y logró ser uno de los dos representantes colombianos ante la División Caribe del Voice of McDonad’s.
Su voz gustó más que la de otros cantantes de Venezuela, Puerto Rico y Colombia, tanto que arrasó de nuevo y fue la ganadora de esta fase del certamen.
A mediados de abril de este año viajó a Estados Unidos, donde junto a 16 participantes de Reino Unido, Ucrania, Sudáfrica, EU, Canadá, Filipinas, México, Brasil, Argentina y Suiza compitió hasta el final.
“No era un concurso donde tú vas, cantas y ya. Durante un mes nos preparamos, nos dieron clases con reconocidos cantantes de la música en ese país, ensayamos con la banda en vivo, recibimos clases de producción musical… ¡fue la mejor experiencia en mi vida!”, expresó en uno de los recesos en su horario como estudiante de sexto semestre de Música, en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab.
En medio de esta rutina de entrenamiento, el jurado seleccionó a cuatro finalistas quienes se destacaron por su técnica vocal, respiración y puesta en escena: Colombia, Filipinas, Suiza y Estados Unidos.
En esos días tuvo la oportunidad de asistir a un taller con David Foster, el reconocido compositor, arreglista y productor musical, quien ha trabajado con estrellas como John Lennon, Celine Dion y Michael Jackson, entre otros.
La noche final llegó el 1 de mayo y su nombre se oyó luego de un eterno minuto de silencio y nervios.
“Cuando me entregaron el premio e iba a bajar de la tarima había muchísima gente haciendo fila para que les firmara autógrafos ¡por Dios, no lo podía creer! ¡Wuaauu! ¿era mentira o realidad? como un sueño cumplido”, manifestó.
Voz oficial
Además de recibir dinero como parte del premio, Lucy es hasta 2016 la voz oficial de McDonald’s y ya empezó su tarea.
Luego del mes de emociones viajó Los Ángeles, donde estuvo como asistentes en la final de American Idol EU; allí conoció a artistas como Jennifer López y Jason Mraz, entre otros.
Sin embargo su debut fue después, en Argentina, donde la multinacional ofreció una subasta para recoger fondos para la fundación que ayuda a poblaciones necesitadas en ese país.
Como esa gala serán muchas en las que Lucy será la cantante de la noche, obviamente con todos los gastos pagos por la empresa.
Sus carrera no para. Luego de terminar sus estudios profesionales espera con el dinero ganado estudiar una maestría en interpretación (en el exterior).
También trabaja por estos días en su primera producción discográfica como compositora.
¿Qué le queda de esta grata experiencia a esta joven de 22 años, nacida en el departamento de Bolívar pero con un corazón bumangués?
“Muchas cosas: dejar el nombre de Colombia en alto, los amigos que hice en el concurso, los profesores, conocer a gente experimentada en el campo musical, el intercambio de culturas y trabajar con un equipo entregado. Sin embargo me hizo reafirmar que lo más importante en la vida no es tener buena voz, ser famoso ni ganar títulos. Muchas veces eso es lo superficial, lo que se ve por encima y olvidamos quiénes somos, qué tenemos por dentro, de qué estamos hechos. Me enseñó a ser más integral. Lo que hace la diferencia, definitivamente, es lo que hay en tu corazon”, concluyó.