¿Cómo castigar a quienes dañan los bienes públicos?
Por Fabio Eduardo Peña, editor de Gente de Cabecera
Hace algunas semanas en Bogotá una joven fue obligada a lavar una parada de bus con manguera, cepillo y jabón, luego de habérsele demostrado que ella la había ensuciado con pintura de manera deliberada.
La Policía reseñó el caso pero la noticia no tuvo mayor eco en los medios nacionales, más allá de una fotografía publicada en un portal web.
Pues bien, este caso viene a colación para preguntarnos y ¿qué pasa en Bucaramanga y su área metropolitana con quienes destruyen bancas en los parques, señales de tránsito, murales, esculturas, obras de arte, puertas y ventanas de estaciones de Metrolínea, semáforos y demás elementos del mobiliario urbano?
En nuestra ciudad no se conoce de sanciones ni de capturas contra estos vándalos de baja cultura ciudadana, excepto el caso del mendigo que casi acaba con todos los semáforos del área y que fue ‘expulsado’ a su ciudad de origen.
Hace un par de semanas Metrolínea anunció que después de varios meses pudo reponer las puertas y vidrios de dos estaciones que habían sido destruidas por desconocidos y cuyo costo ascendió a 9 millones de pesos.
¿Y de los delincuentes qué? Nada se supo.
Sería interesante abrir un debate en torno a qué tipo de sanción se le debería aplicar a quienes atenten contra el patrimonio de la ciudad.
Particularmente consideramos que debe existir una sanción de trabajo social y comunitario que sirva de reparación del daño.
A la par se debe insistir para que en los colegios haya mayor formación en torno al valor de lo público y al respeto y amor por la ciudad.