Un año y… ¿qué ha pasado?
El 2 de julio de 2013 la comunidad de Cabecera recibió una noticia que puso en entredicho la seguridad del sector: la muerte de una mujer a manos de la delincuencia.
El 28 de junio un par de jóvenes, en su intento por robarle el bolso y el celular, forcejearon y enviaron al piso a María Consuelo Sandoval Sandoval, quien quedó gravemente herida. Así permaneció hasta el 2 de julio cuando su cuerpo perdió las fuerzas de vivir.
Esa fue parte de la historia que hoy todavía recuerdan con tristeza su hermana Diana y su mamá Ofelia de Sandoval.
Ha pasado un año y aunque se han acercado a las autoridades para preguntar cómo va el caso, la respuesta es la misma siempre: “estamos trabajando en eso”.
“A nosotros el hecho de que encarcelen a alguien no nos va a devolver a mi hermana, pero por su memoria, por todo lo que ella hizo por la seguridad de Cabecera y por sus labores sociales, sí merecemos saber en qué ha avanzado el proceso para dar con los culpables”, dijo Diana.
Y continuaron: “A los dos meses fue alguien de la Sijín y preguntaron algunas cosas, les contamos que había videos de edificios cercanos en los que se veía la huida de los dos muchachos, pero no nos volvieron a preguntar sobre eso. Hace dos meses fuimos a la Fiscalía a preguntar y nos dijeron que habían mandado unos documentos del caso a Bogotá. Tampoco hemos podido hablar directamente con el fiscal, pues siempre ha coincidido con que está en audiencia.
“Nuestro sentimiento es de vacío, el que ella nos dejó. Pedimos claridad, que esto no quede así no más. También que las autoridades puedan hacer algo para combatir tanta inseguridad que hay ahora en Cabecera porque después de esto ya no salimos tranquilas a la calle, esto que le pasó a mi hija le puede pasar a cualquier persona. Da impotencia ver que en otros casos se encuentran culpables en menos tiempo, en un mes, que avanza y este no, no sabemos qué pasó”, mencionaron.
María Consuelo y el hecho
La víctima vivía junto a su hijo en la carrera 39 con calle 41, en el edificio Monteverde y falleció saliendo de allí.
El día de su muerte iba a encontrarse con una hermana que vivía cerca cuando fue sorprendida por los hampones, de quienes hoy no se sabe su paradero.
En Cabecera muchos la conocieron como una mujer trabajadora por el bien común. Estuvo al tanto de las reuniones con la Policía para instalar cámaras de seguridad.
También se le recuerda como una líder del cuidado y conservación del medio ambiente.