¿Quién es el ‘rey’ en la casa?
Carlos Mauricio Peñalosa Pedrosa / Psicólogo – coach
Muchos pacientes llegan a mi consultorio con expresiones como: “mi hijo no me hace caso”, “si uno no le da lo que quiere empieza con la pataleta”, “¡mi hijo se gasta un genio!”, “ya no se le puede decir nada porque de una vez se pone de mal genio”, “es solo lo que él quiere” y “no le gusta compartir”, entre otros.
Esto me hace pensar qué está pasando al interior de las estructuras de familia, cómo están las relaciones entre los miembros y en especial cómo está la relación entre padres e hijos.
La visión antropológica que establece que ‘yo soy el grande y tú eres el pequeño’, ‘yo soy tu padre y tú eres mi hijo’ hace que los límites y normas al interior de la familia no existan.
En estas épocas en las que va en aumento el ‘madre solterísimo’, la ausencia del padre como figura de seguridad y celador de una explicación al por qué los padres pasan a ser príncipes o subordinados al servicio de su majestad, el rey del hogar: el hijo.
La figura del padre es vital y fundamental. Se necesitan padres con carácter, con la función de ser límite para los hijos, que generen respeto y honra por parte de los hijos.
Cuando los hijos no asimilan el orden del amor, relacionado en entender que mi papá y mi mamá son significado de honra, entran en desobediencia y hacen un sabotaje emocional constante a las normas, por consiguiente no saben de límites y ahí es cuando las decisiones de los padres no son acatadas.
Si los hijos se atreven a agredir físicamente a alguno de sus padres, maltratando verbal y emocionalmente, menos van a respetar la norma y la autoridad a nivel de ciudad y de país.
¿Quiere que su hijo se convierta rápidamente en el rey de la familia? Déjelo hacer lo que quiera, celebre su indisciplina y siga buscando responsables acusando a su pareja. Reconozcamos que la crianza es de dos y no de una sola persona.
No continuemos complaciéndolo en todo lo que pida (iPad, tableta, móviles de alta gama, play station, todas las formas de princesas que hay en el mercado, ropa de marca, etc…) recuerde que el exceso de complacencias se traduce en la manera cómo los padres quieren bajar el sentimiento de culpa ante la crianza.