No sabemos celebrar
Por Fabio Peña, editor de Gente de Cabecera
Le decía el otro día una enfermera del clinicentro del parque Turbay al médico de turno:
– Doctor: mañana es el día de la madre.
A lo que el galeno le respondió:
– Prepárese para atender heridos.
La conversación me llamó la atención y les indagué sobre el por qué.
Me dijeron que esos días eran los que más heridos, muertos y lesionados se presentaban por efecto de las riñas y el consumo de licor.
Por estos días de Mundial mira uno la prensa y se encuentra con que en Bogotá hubo 9 muertos y cientos de heridos por cuenta de la celebración del triunfo de Colombia sobre Grecia. Y aquí en nuestro entorno la Policía reportó 497 riñas en el área metropolitana (y grandes desmanes tras el partido del jueves ante Costa Marfil), motivo por el cual se planteó restringir el consumo de alcohol.
De las 497 riñas, todas, absolutamente todas, estuvieron ligadas a la ingesta de bebidas embriagantes (y eso que había ley seca desde las 6 p.m.).
Casos similares se presentan el 24 y 31 de diciembre, el día del padre, el día de las velitas, los días de feria en Bucaramanga, y hasta en Semana Santa.
¿Por qué? Porque no hemos aprendido a celebrar, porque aprovechamos esas ocasiones para descargar todas nuestras frustraciones y porque no hay controles efectivos de parte de las autoridades.
La situación se torna cada vez más peligrosa y en estos días de cumbre futbolística se deben tomar medidas fuertes para evitar tragedias que enluten lo que debería ser una celebración alegre, de compartir entre amigos y vecinos, entre padres e hijos y familia en general.
Que la alegría no se convierta en tragedia.