Denuncian abusos de cuidadores de carros
[email protected] / Periodista del Barrio
Soy residente de Sotomayor desde hace 24 años y he sido testigo del deterioro, el abuso y el miedo que crece en la calle 45 con 27A.
Esta zona poco a poco se ha ido sometiendo por cuenta de los individuos que -con la excusa de cuidar los carros- han terminado por apropiarse de los espacios públicos y de libre locomoción.
En la noche, cuando estos individuos desaparecen, todas las aceras acumulan una cantidad de desperdicios (papeles, vasos de tinto, bolsas con restos de comida) dejados por estos individuos.
Basta ver la esquina en donde está ubicado el edificio San Ignacio para darse cuenta de las consecuencias de haber permitido que esta se convirtiera en “la oficina” de muchos de estos individuos.
La iglesia junto al colegio San Pedro es también víctima constante del desaseo al cual la someten estas personas que exigen su moneda casi como obligación, pero que son incapaces de cuidar el lugar donde dicen trabajar.
Sobra decir que en la zona suelen ser comunes los malos olores producidos por los orines y heces de estas personas.
Como siempre sucede, el principal responsable de esta situación es la indiferencia pero también algunos de los negocios que están alrededor de donde se origina esta situación. Estos, como se ha visto, les proporcionan las sillas de plástico en las cuales permanecen buena parte del día invadiendo el espacio público.
Pero, como si no fuera suficiente, también ha sido evidente la agresividad y la violencia de estas personas cuando se les llama la atención.
He sido víctima de amenazas por parte de algunas de estas personas, en una ocasión, por denunciar a la Policía a uno de ellos, a quien en repetidas ocasiones sorprendí fumando bazuco en la esquina de la calle 45 con 27A esquina a la cual da la fachada del edificio donde vivo y en donde se encuentra el área de juegos infantiles.
Hace unos días otro de ellos me amenazó insistentemente, provocándome a pelear mientras caminaba junto a mi esposa. Todo porque me negué a darle una moneda. Está pendiente también una demanda penal a otro de ellos, por daño en bien privado.
Invito a las autoridades y a los residentes de los edificios cercanos a unirnos para buscar una solución y sacar a estas personas que no solo dejan basuras y deterioran la zona, sino que también son consumidores de droga e individuos peligrosos que se creen dueños de las calles.