Nada limita su pasión por escribir
“Y uno quejándose por bobadas”… eso es lo primero que se le puede venir a la mente luego de enterarse cómo una mujer de 84 años, con trombosis, diabetes y con un sinnúmero de limitantes físicas pudo escribir un libro.
Solo físicas. No hay duda que Olga Cárdenas de Neira no ha tenido más restricciones que esas para cumplir lo que ha querido en estos últimos años, pues ‘Primavera’ es el quinto libro que escribe.
Y decimos últimos porque durante la lozanía de su juventud fue una incansable defensora de los derechos de la mujer, razón por la que en alguna ocasión la Academia de Historia de Santander le entregó una mención.
Esta labor fue de la mano de ese deseo de ver una Bucaramanga más educada, por eso junto a su esposo José Antonio Neira crearon el colegio Atenas, que tuvo 45 años de historia en labores académicas.
Sin embargo a esta trabajadora social de la Universidad del Rosario y nacida en Güepsa (Santander) su vida le dio un giro hace 12 años cuando la trombosis empezó a asomarse en su cuerpo.
Su salud ya no le permitía ser la misma mujer activa y con el tiempo la silla de ruedas fue convirtiéndose en su amiga inseparable.
Así escribió su ‘Primavera’
“Ella no se puede parar de la silla de ruedas pues casi todo su cuerpo está inmóvil. Aunque sus manos y dedos están algo torciditos, son la única herramienta que tiene para comunicarse. Ha pasado por todos los métodos de comunicación escrita como el lapicero, la máquina de escribir Remington, el computador portátil y la tablet en la que nos escribe todo lo que quiere, piensa y siente”, narra su hija Claudia Neira, quien todos los días la visita.
Ella fue precisamente su mano derecha en la edición de este libro que empezó a escribir hace año y medio y que por obvias razones de salud, pues en ocasiones la diabetes la despertaba temprano para enviarla a la clínica, tenía que suspender temporalmente.
Como su voz también desapareció, Olga escribía a diario frases que luego se las entregaba a su hija para que las leyera y las uniera… y así fueron avanzando.
“Le gusta mucho escribir con el lapicero de la tablet porque es suave y no tiene que hacer mucha fuerza. Es que es la única forma en que sabemos que tiene hambre, sueño, sed, fío… A veces me escribía y uno pasaba varias páginas y solo encontraba frases sueltas que yo luego de preguntarle varias veces descifraba. Cuando ya terminó de escribir el libro vino la edición, otro punto importantísimo pues me lo hizo leer ocho veces porque es muy perfeccionista. Luego de leerlo una vez me decía: esa coma no va ahí, quítela. Borre ese punto o añádalo aquí… se fijó en todos los detalles y las sorprendente es que lo hizo sin gafas, porque no las necesita para escribir”.
Con dedicatoria
Terminado el libro Olga decidió que no lo iba a vender sino a regalar a sus familiares y amigos, por eso organizaron un evento especial para 80 personas en el Club de Profesionales, a mediados de abril.
Tardó dos meses escribiendo con lapicero la dedicatoria especial a cada uno de los invitados.
Además, mediante un video beam ella iba expresando sus agradecimientos por asistir al lanzamiento de su libro.
Un ejemplo de vida
Sin duda esta mujer es un ejemplo a seguir.
“Uno se queda aterrado de verla escribir y de la memoria que tiene, porque ha leído mucha historia y recuerda fechas exactas de acontecimientos importantes no solo de Santander y de Colombia, sino del mundo entero. Tiene una memoria intacta. Ella es un ejemplo de vida porque uno muchas veces se siente incapaz de hacer algo teniendo todas las capacidades y habilidades para hacerlo, todos los sentidos despiertos, pero ella que no los tiene, escribe porque sencillamente es su pasión, es lo que más le gusta y siempre tiene las ganas y la disciplina para hacerlo”.
‘Primavera’
El libro ‘Primavera’ consta de dos capítulos. El primero va dedicado a sus hermanos y a la narración de anécdotas de niña y joven. En el segundo contó su vida desde los 22 años, cuando empezó a trabajar y a participar en actividades en defensa de los derechos de la mujer.